8 de julio de 2024

Las causas de Beatificación y Canonización H. Alfonso Pérez Larios, M.Sp.S. (28) 

Continuación… 

Las personas de la colonia del Pedregal que iban a la Parroquia quedaban fuertemente impresionadas del hermano Alfonso, quien mucho bien espiritual hizo a los que se le acercaron. El Lic. Roberto Ibáñez Mariel da un buen testimonio de él: «Tuve la fortuna de conocerle y tratarle, por espacio de dos años. En ese tiempo, (calculo que habrá sido por los años 1962-1963), me admiró siempre su sencillez, bondad y, fundamentalmente, el hecho de que, cuantas veces visitaba yo la capilla que existía, y aún existe anexa a la Iglesia de la Santa Cruz, ubicada en el fraccionamiento Jardines del Pedregal de San Ángel, me encontraba al hermano Alfonso en permanente contemplación y adoración del Santísimo Sacramento. Me admiraba esa sólida piedad que, de la manera más natural, era edificante para todos los feligreses que acudíamos a esa capilla. 

Junto a ese espíritu contemplativo y a su sencillez, unió, el hermano Alfonso, un gran sentido del humor, pues cuando lo saludábamos, siempre lo encontrábamos sonriente y dispuesto a escuchar nuestros comentarios en torno a preocupaciones, alegrías o sinsabores. De sus labios, siempre salía una frase sobrenatural, dada con mucha naturalidad y de forma que resultaba más el consejo de un amigo que una admonición. 

El hermano Alfonso nos parecía un santo, al que ya, en vida, tributábamos gran veneración». 

El P. Luis Cervantes, durante ese tiempo, trabajaba por conseguir bienhechores, pero, principalmente, por el bien espiritual de los futuros feligreses de la parroquia, que aún estaba en construcción. Los domingos eran días difíciles para él, pues tenía que buscar sacerdotes que le ayudaran en las misas, para la atención de los feligreses. Muchos sacerdotes diocesanos y Misioneros del Espíritu Santo acudíamos a los telefonazos del P. Luis que pedía auxilio. Yo recuerdo que, alguna vez, fui a celebrar en el Pedregal y me encontré al hermano Alfonso, quien, con mucha simplicidad y naturalidad, me atendía.  

Continuará… 

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