por Las frases del Credo sobre Dios Padre condensan ideas que ya hemos reflexionado con anterioridad. Primeramente, hemos dicho que Dios es el origen y la causa de todo lo que existe, el significado de ser. Dios no es uno entre muchos posibles seres sobrenaturales, sino el único Creador y Señor del universo. Además, hemos observado que Dios es personal; no creemos en una energía vital o una fuerza cósmica. Todo esto lo expresamos en el Credo, al decir que Dios es Padre, Todopoderoso y Creador.
El relato de la creación en el Génesis manifiesta que Dios existe, antes y por encima de todo el universo. Las Sagradas Escrituras inician con la creación, precisamente, para reconocer Su primacía y omnipotencia. Dios creó el tiempo y el espacio, las leyes de la física, la energía y la materia, y todas las criaturas (incluyendo las espirituales). A esto nos referimos en el Credo con el cielo y la Tierra, lo visible y lo invisible.
Los cristianos sabemos que Dios no solo es el Señor omnipotente; también, es un Padre amoroso. Dios crea, porque ama y, en su creación, se dona a sí mismo sin reserva. Todo el universo (incluyéndonos) existe pues está continuamente siendo amado por Él. Ya Isaías ofrece esta imagen de nuestra relación con Dios como padre creador: “Y, sin embargo, Yahvé, Tú eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, todos nosotros fuimos hechos por tus manos” (Is. 64:7).
De hecho, la paternidad amorosa de Dios se reconoce desde el Antiguo Testamento: “Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles” (Sal. 103:13). Sin embargo, Jesucristo nos da a conocer este aspecto de Dios de manera contundente: nos enseña que podemos, realmente, dirigirnos a Dios como abbá y considerarnos hijos suyos. Es lógico que sea Jesús quien nos muestre al Padre pues, primeramente, es su Padre. En sus palabras, “Nadie va al Padre, si no es por mí” (Jn. 14:6). Así, el Credo proseguirá a hablarnos sobre el Hijo de Dios.
