25 de junio de 2025

La Asunción de La Virgen María

Desde la antigüedad los grandes profetas anunciaron la venida de un salvador, el cual nacería de una virgen, María dio su sí al ángel y desde ese instante, ella amo absolutamente a su hijo y se entrego a Él, tanto en la alegría como en el dolor, al igual que en el gozo inexplicable de su resurrección.

María fue más de lo que nadie pudiera haber imaginado, al acompañar a Jesús, en la prudencia, en el consejo, en la aceptación y en la luz infinita del Espíritu Santo, nos muestra en la vida y después de la vida el amor de su hijo, un amor todopoderoso, en el que ella tuvo y tiene el lugar de la madre también para toda la humanidad.

Después de que Jesús subió al cielo, ella acepto continuar con su misión de amor y entrega en la tierra, hasta el día en que lista para reunirse con el Padre y con su adorado Hijo, se entrego en la paz, la confianza y la luz, para formar parte de la eternidad infinita en el amor y gozo de Dios.

Llego el tiempo para María, que se conoce como el dogma de la Asunción en el que su cuerpo y su alma al final de su vida terrenal son elevados al cielo.

Este dogma, una verdad de fe revelada por Dios, fue proclamado por el Papa Pio XII, el 1ro de Noviémbre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus: donde se pronuncia y se declara que, La Inmaculada Virgen María, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo¨.

La Asunción de La Santísima Virgen María, es de importancia total para todos los católicos, ya que es parte de la resurrección de su Hijo, y es una anticipación de la resurrección de todos los cristianos. María un ser humano como nosotros se encuentra ya, en cuerpo y alma glorificada en el Cielo.

Meditemos en nuestro corazón y en el rezo de cada rosario diario, este amor infinito de nuestra Madre del Cielo, que nos invita a llegar a la resurrección en la gloria de nuestro Padre amadísimo, bajo su luz, su protección y su guía, para bien nuestro y de toda la humanidad.

Gracias Madre Santísima, por siempre estar, por nunca abandonarnos y por interceder ante tu hijo por todos nosotros, guíanos y ayúdanos a nunca desviárnos del camino de tu protección e infinito amor hasta llegar al cielo donde nos esperas tu.

                            ¨María madre de gracia y de misericordia, en la vida y

                                        en la muerte ampáranos gran Señora¨

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