25 de junio de 2025

Él, siempre está cerca

Dios nos abraza y nos habita. Está cerca de quienes aman y anhelan, de quienes luchan y se entregan, de quienes lloran y más lo necesitan, de quienes padecen las consecuencias de cualquier forma de violencia.

Dios está cerca de los empobrecidos y los abatidos, de las personas a las que nadie se acerca, de aquellas que no tienen, ni tendrán, posibilidades de un empleo digno y justamente remunerado, de vivienda higiénica y segura, de acceso a la enseñanza, de vestido, de alimentación adecuada y de ocio sano. Dios está cerca de los que lloran amargamente por la guerra, las adicciones, el abandono y el rechazo.

En este mismo instante, Dios está muy cerca de ti.

Seamos, a su imagen y semejanza, Iglesia cercana. Salgamos al encuentro de la historia, del mundo, de quienes piensan diferente. Abramos las puertas para acoger y dar una cordial bienvenida, también, para salir y acercarnos. Tengamos gestos, sencillos pero concretos, de cercanía, cariño y buen humor y dejemos todo signo de autosuficiencia y poderío.

Cristiana, es la persona cuya oración la acerca más a Dios y a los demás. ¿A quién acerco a Dios en mi oración? ¿Me siento Iglesia, enviada por Jesús, para hacerlo presente y acercarse a la gente en su vida cotidiana y en sus dolores y esfuerzos diarios? ¿Me acerco a escuchar y comprender a los demás, para amarles, o me acerco para hacerme oír e intentar imponer mi perspectiva? Seamos cercanos de quienes sufren, que sepamos acercar nuestro cariño a quienes se sientan lejos, que sepamos ser puentes que acerquen a los distanciados.

Concédenos, Tú, Espíritu Santo de comunión, que nos libere de quedarnos en nuestro falso y limitado yo, que nos sintamos pueblo sacerdotal y oremos, invocando tu amor poderoso en toda circunstancia, para los demás.

Nos duele y conmueve el dolor de las víctimas; nos enojan las consecuencias del egoísmo y la voracidad insaciable; nos lastima el llanto de los inocentes; cuando miramos la realidad, tan enferma de violencia, y soñamos con un mundo más humano y más equitativo y en paz; cuando salimos de nuestras seguridades, al encuentro de la vida; cuando la risa nos inunda, cuando la ilusión y el cariño nos alienta, cuando la esperanza nos hace respirar hondo, cuando la amistad nos acerca… ¡Tú, estás cerca!

Espíritu Santo, que en el mundo reine tu pasión por la vida y reine la cercanía y la fraternidad.

Dios bueno, creemos que estás siempre cerca…

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