Respuestas de amor a Dios
Ana Victoria Padilla Newton
Hay quienes viven satisfechos con lo que hacen, con lo que tienen y, también, con sus relaciones familiares y sociales. Algunos otros viven insatisfechos con lo que son, con lo que tienen, con lo que hacen, con sus relaciones, con su trabajo, en fin, con todo.
A veces, una misma persona está satisfecha en algunos momentos o actividades, e insatisfecha en otras circunstancias y aspectos de su vida. Son personas que no están estacionadas en la satisfacción completa, pero tampoco están insatisfechas siempre.
Lo que podemos observar es que nuestra satisfacción surge, normalmente, cuando experimentamos cierta plenitud o un placer sano o, también, por ejemplo, producto de la alegría de sabernos amados. La insatisfacción, por su parte, surge desde experiencias dolorosas, ante fracasos o cuando una relación se hace difícil y tensa.
Lo que, ciertamente, podemos constatar, al fondo de todo esto, es que, humanamente, lo que buscamos es una plenitud interna y, si esta felicidad pudiera durar para siempre, mucho mejor. Hay que aclarar que la satisfacción verdadera es muy particular en el cristiano y no podemos confundirnos, porque puede haber personas satisfechas, que viven de modo equivocado, incluso, desde acciones que van contra el bien y la justicia. Y ocurre, también, que hay personas insatisfechas con su situación concreta, pero se mantienen en el camino del bien y la justicia, a veces, en medio de pruebas e incomprensiones muy dolorosas.
Es plenamente legítimo aspirar a una vida en la que la plenitud, la satisfacción, surjan desde la honestidad y desde ese amor auténtico, que da un color diferente a todo lo que hacemos, da un sentido diferente a todo lo que hacemos. Es importante buscar la satisfacción, la plenitud, que nos lleve por el camino del Bien Mayor, esa satisfacción y plenitud que nos ayudan a trascender y a la cual estamos llamados: a la bienaventuranza, que es la contemplación de Dios, quien es infinito y es el único con quien podemos encontrar esa plenitud y felicidad que no termina nunca.