8 de junio de 2025

Reflexiones de un millennial católico

Si de algo me arrepiento…

Reflexiones de un millennial católico

Si de algo me arrepiento…

Yeyo Valle Ruiz

Si de algo me arrepiento en esta vida, he de confesar, es de haberme traicionado a mí mismo, sacrificando la autenticidad del ser que Dios me regaló, por varias máscaras, para quedar bien. 

Si bien esta pequeña confesión pudiera parecer alejada de la cuestión religiosa, considero que, para verdaderamente ser seguidor de Cristo, se requiere tener en alta estima la autenticidad en la vida. Y es que Dios sueña, a cada uno de sus hijos, tal como son y se enamora de nosotros, no por lo que queremos ser, sino por lo que somos. 

Esto no debe tomarse como una invitación a ser conformistas con la situación actual de cada uno de nosotros, al contrario, debe tomarse como una invitación a sacar nuestra mejor versión; sin embargo ¿cómo sabremos cuál es nuestra mejor versión, si no sabemos quiénes somos nosotros mismos?

A mí, me gusta comparar la autenticidad y la búsqueda de la mejor versión con la construcción de una casa. Cuando uno se prepara para construir, busca tener los mejores materiales, la mejor cimentación e incluso el mejor arquitecto y los mejores constructores, pero, cuando empieza la construcción, uno empieza a trabajar con los materiales que tiene. Puede que parezcan imperfectos o que puedan faltar materiales, pero la diferencia con una construcción normal es que el arquitecto de nuestra vida es perfecto y sabe exactamente qué necesita cada uno. 

Así como hay paredes hechas de piedra, de vidrio, de ladrillo o de acero, y cada una depende del estilo y de las condiciones que se busquen crear, así Dios nos construye, con nuestras virtudes y defectos, pero es necesario dejarnos moldear por Él con los materiales que Él mismo nos dio, no con los que nos gustaría que nos hubiera dado. 

Así, se crean las obras hermosas… Así, se crean los santos.

¡Ánimo firme! ¡Qué viva la Cruz (autentica)!

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