8 de junio de 2025

El Credo, Los dones del Espíritu Santo

Aunque no se menciona en el Credo, una tradición esencial de nuestra fe en el Espíritu Santo es la de los dones que otorga a quienes buscan vivir en amistad con Dios. Como explica el Catecismo de la Iglesia Católica, estos dones sostienen la vida moral de los cristianos, pues nos hacen dóciles a los impulsos del Espíritu Santo. Tales dones se reciben en el Bautismo y son permanentes, aunque podemos pedir que se nos fortalezcan.

Según esta tradición, que está basada en el libro de Isaías (11:1-2), son siete los dones que el Espíritu Santo otorga para nuestra edificación, para crecer en la fe. Algunos de los dones están relacionados con el intelecto y, otros, con la voluntad. Unos se pueden manifestar en acciones concretas y, otros, más bien nos brindan actitudes o disposiciones en consonancia con la voluntad de Dios para nuestra vida.

Sabiduría: El primero y mayor de los dones, pues actúa sobre el intelecto y la voluntad. Nos permite comprender la voluntad de Dios a la luz del amor.

Entendimiento: Aunque parece similar al de sabiduría, este se asocia más específicamente con el intelecto. Se refiere a la capacidad de comprender la Palabra de Dios y los misterios de su plan de Salvación.

Ciencia: También llamado don de conocimiento, nos da la capacidad de comprender el valor de la creación y nuestro lugar en ella.

Consejo: Se puede entender como la capacidad de discernir o juzgar, según los criterios de Dios.

Piedad: Este don actúa sobre nuestra voluntad, haciéndola dócil a la de Dios.

Fortaleza: Nos permite enfrentar con valentía las adversidades de esta vida.

Temor de Dios: Este don no implica tenerle miedo a Dios; más bien, nutre nuestro desprecio al pecado y nos favorece a mantenernos alejado de él.

Pidamos al Espíritu Santo que derrame continuamente en nosotros sus siete dones.

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