La Divina Misericordia nos habla claramente del inmenso amor de Dios por toda la creación y especialmente por la humanidad.
Dios lo creo todo, solo por amor, y en esta creación nos entrego a todos el cuidado y compromiso con el planeta.
Su amor es absolutamente misericordioso, al grado de que, nos perdona nuestros pecados si realmente estamos arrepentidos. Cristo aceptó una muerte de cruz para salvarnos.
Esta salvación nos la entrega a todos y especialmente a aquellos que se sienten los más pecadores.
Cuando Jesús se le apareció a Sor Faustina Kowalska, le dio un mensaje para compartir con el mundo entero:
“… y cuanto más grande es el pecador, cuanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia”
Recordemos este mensaje de amor absoluto de Jesús, que con su muerte y resurrección nos ha entregado la salvación eterna.
“¡Jesús Salvador de los hombres sálvalos, sálvalos!”