RELACIONES FAMILIARES
Queda aún por mencionar un singular detalle de las relaciones de Alfonso con sus familiares: en la Diócesis de León, fue instruido el Proceso de Beatificación sobre el martirio del Siervo de Dios, Leonardo Pérez.
En 1953, el P. José Álvarez Lazo, C.F.M., Postulador de la Causa, invitó a declarar en el Proceso, como testigos, a los tres hermanos sobrevivientes del Siervo de Dios, nuestro hermano, Alfonso, Manuel y Guadalupe.
A su debido tiempo, les envió los «artículos» del Proceso para instrucción de los testigos, como estaba mandado hacerlo. Fueron llamados para declarar ante el Tribunal, constituido en la Diócesis de León; primero, Guadalupe y, enseguida, Manuel.
A Alfonso, lo citaron para que se presentara, el 6 de septiembre de 1957, por lo que tuvo que viajar, desde Durango, para su testimonio. Esta fue la última ocasión en que Alfonso habló personalmente con su hermana Guadalupe; sin embargo, su correspondencia epistolar con ella continuó hasta el fin.
Este aspecto, tan interesante, nos presenta al hermano Alfonso, enmarcado con sencillez y realismo en sus relaciones familiares y humanas, nos refleja cómo supo sobrenaturalmente izarlas con rectitud y fidelidad a su vocación religiosa y cómo encontró en la Congregación de Misioneros del Espíritu Santo la comprensión y la ayuda que necesitaban sus familiares.