19 de abril de 2025

¡Haz algo incómodo, hoy!

Nuestras zonas de confort están sobrevaloradas hoy en día. Muchos creemos haber encontrado la fórmula que nos permite rendir y ser eficientes, con los compromisos que hemos adquirido. Sin embargo, nos hemos vuelto cerrados y poco generosos para mirar a los demás y descubrir que en esa relación que tengo con el otro Dios me habla.

Cuando esta zona de confort impera, es muy probable que nada profundo esté sucediendo o transformándose para mi bien, de mi relación con Dios y con los demás. Hacemos uso de excusas para evadir compartir nuestra fe, con otras personas dentro de una Comunidad: que, si el trabajo o los horarios son incómodos, o las distancias, o el cónyuge, los cursos online, etc.,

Y sí, debemos darle la vuelta y superar todas esas excusas; darle cabida a la invitación de Dios implica dar salida o un papel secundario a personas y cosas que lo han suplido: ¡Haz algo incómodo siempre!  ya que la vida comienza al final de nuestra propia zona de confort.

Para llevar una vida de fe en comunidad, deberás de alejar de ti los pensamientos clásicos como: “yo y Dios sabemos qué onda y estamos bien así”, “yo estoy bien con Él y Él está bien conmigo, así estoy en paz”, “yo voy a misa diario, estoy feliz con mis vídeos de youtube y con mis cursos, que me ayudan un montón”; “no soy para los grupos, no tengo el perfil, ni el tiempo”.

Permanecer como devoto aislado lleva el riesgo de hacerte un Dios a la medida, el mundo padece, hoy, a razón de todo esto. Dios nunca se olvida de nosotros y nos habla en solitario. Ahondar en su palabra y reunirse en su nombre es invitarlo a que encamine nuestras vidas, permitiéndole curar nuestras cegueras.

Jesús mostró que el encuentro y la comunidad son parte fundamental de su Reino y de la presencia de su Espíritu. Lugares a los que llegaba y lugares de los que partía fueron diálogo, encuentro, sanación, mesa compartida, vida y celebración. Jesús llamó a los doce, nadie podría decir que todos tenían un solo perfil, cada uno era bastante distinto del otro. En nuestras comunidades, no nos deben de dar miedo las diferencias mientras Jesús siga siendo el centro.

En la Santa Cruz del Pedregal, contamos con Comunidades de Adultos del Apostolado de la Cruz (AC), una de las obras de la Familia de la Cruz, fundada por Conchita Cabrera de Armida. Ahí nos reunimos, compartimos con profundidad la vida, nos alimentamos con la palabra de Dios y la oración, formándonos en el campo humano, cristiano, comunitario, espiritual y apostólico.

¡Ánimo firme, viva la Cruz! Mayores informes:  https://parroquiasantacruzdelpedregal.com.mx/grupos-parroquiales/

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