8 de julio de 2024

El silencio

A veces, cuando callo, la vida se asoma. Voces, memorias y deseos salen de bodegas oscuras y se agolpan todos, como queriendo ser mirados y escuchados.  

Los más urgentes gritan, insisten, se abren paso al primer plano, cuentan su historia, se repiten. ¿Por qué esta imagen y no otra, este rostro y no uno distinto, esta conversación y no aquella? ¿Por qué tristeza en el silencio de esta noche, por qué ternura emocionada ayer, por qué tedio y vacío esta mañana? 

A veces, cuando callo, la vida se adentra en los resquicios de mi soledad. Casi sin notarlo, abro una rendija y entran la historia y la voz de Lili; el rostro y la lucha de Carlos; las lágrimas y las broncas de Elisa; la canción y el abrazo de Beto; tu mirada cálida y tu cuerpo roto colgando del madero… El corazón vibra, se duele, se espanta, se ríe y canta. La soledad ahora está habitada.  

Y mi silencio se enreda con el tuyo. Tu silencio me acoge y tu vida, en mi silencio, me recrea. A veces, cuando callo, tú eres, y basta. 

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