8 de julio de 2024

Causas de Canonización y Beatificación

Continuación… 

Debido a algunos asuntos que había dejado pendientes, el hermano Alfonso tuvo que volver a Celaya, durante una temporada, y regresó definitivamente a Puebla a fines de mayo de 1939. Duró solo unos cuantos días, en el Escolasticado de Puebla, pues, el 20 de junio que terminaron los cursos, los superiores suprimieron esa improvisada Casa de Estudios. 

La fundación de Puebla, además de la atención a los estudiantes, tenía también, como objetivo, la Casa de Ministerio del Templo de la Concepción, con la adoración diurna del Santísimo, atención a asociaciones, misas, etc. El hermano Alfonso pasó al Templo de la Concepción, ese mismo 20 de junio de 1939. 

Como siempre, Alfonso desempeñó, a la vez, el cargo de sacristán y de cocinero, cargos que cumplía a perfección; también, cuidaba de que no estuviera solo el Santísimo durante el día y, muchas veces, él personalmente hacía la guardia. 

Los destinos del hermano Alfonso, desde el principio de su vida religiosa, estuvieron relacionados con las Casas de Formación de los Misioneros del Espíritu Santo. Recién profeso (6 de mayo de 1920), el P. Félix Rougier lo dejó en el noviciado, mientras se tramitaba la fundación de la Casa de Morelia, primera «Casa de Estudios de Teología» para los tres estudiantes que había. En Morelia, permaneció hasta que ese Escolasticado incipiente se terminó, por la ordenación sacerdotal de quienes lo formaban.  

El 1º de octubre de 1923, pasó al Noviciado de Tlalpan y, al comenzar el año 1924, es destinado para la Escuela Apostólica; al año siguiente, desde enero de 1925, tuvo su residencia en el «Escolasticado-Noviciado» de la Casa de La Fama, donde vivía el P. Félix Rougier. En noviembre de 1926, fue enviado a Roma, a la Casa de Estudios, en la que estuvo ocho años. Al regresar, estuvo, primero, un año en el Escolasticado (1934) y, después, en el noviciado, seis meses (hasta junio de 1936). 

En Puebla, asistió y ayudó a los estudiantes, durante el tiempo que estuvo allí el Escolasticado, que fue poco, pues los estudiantes pasaron nuevamente a Tlalpan, y él pasó al Templo de la Concepción. Desde principios de 1944 hasta abril de 1954, pasó 10 años dedicado a atender a los estudiantes del Escolasticado de México. 

Continuará… 

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