8 de julio de 2024

Dejando huella La Anunciación del Señor

El 25 de marzo, celebramos la Anunciación del Señor, es una fiesta cristológica porque celebra el misterio central de Cristo: su Encarnación.  

El Papa Benedicto XVI, desde su experiencia teológica, nos describe y nos lleva a descubrir este acontecimiento:  

El mensaje del ángel Gabriel: «Alégrate» es, en primer lugar, un saludo en griego. «Alégrate, llena de gracia» es digno de reflexión, chaῑre: la conexión entre la alegría y la gracia. En griego, las dos palabras, alegría y gracia (chará y cháris), se forman a partir de la misma raíz. alegría y gracia van juntas. 

La respuesta de María ante el saludo del ángel: primero, se quedó turbada y pensativa, pero no prosigue con el temor, sino con una reflexión interior sobre el saludo del ángel. María reflexiona sobre lo que podía significar el saludo del mensajero de Dios. María se muestra, por tanto, como una mujer valerosa. De este modo, se convierte en imagen de la Iglesia que reflexiona sobre la Palabra de Dios, trata de comprenderla en su totalidad y guarda el don en su memoria.  La respuesta esencial de María: su simple «sí». Se declara sierva del Señor. «Hágase, en mí, según tu palabra» (Lc 1,38).  

El anuncio del nacimiento de Jesús está, ante todo, relacionado cronológicamente con la historia de Juan el Bautista, mediante la indicación del tiempo transcurrido tras el mensaje del arcángel Gabriel a Zacarías, «en el sexto mes» del embarazo de Isabel. Ambos acontecimientos y ambas misiones quedan también enlazados, por la información de que María e Isabel son parientes y, por tanto, también lo son sus hijos. La visita de María a Isabel lleva, aún antes de su nacimiento, a un encuentro entre Jesús y Juan en el Espíritu Santo y, en este encuentro, queda clara la correlación de sus misiones. Jesús es el más joven, el que viene después. Lo que el Bautista dirá en el Evangelio de Juan: “Tras de mí, viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo” 1 

La respuesta de María al ángel se prolonga en la Iglesia, llamada a manifestar a Cristo en la historia, ofreciendo su disponibilidad para que Dios pueda seguir visitando a la humanidad con su misericordia. 2 

1. La infancia de Jesús – Joseph Ratzinger  

2. Benedicto XVI – 25 Marzo 2007 

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