por Todos los niños del mundo deberían poder llegar a la madurez albergando, en su alma, momentos de felicidad que perduren en su memoria y su corazón; aunque, por desgracia, sabemos que eso no es así.
En el mundo, hay lugares en donde, la infancia de millones de niños se desarrolla entre abismos de pobreza total, violencia y confrontaciones, hay lugares en donde los juguetes de un niño son armas. La ilusión y magia son algo importante para todo niño. Proteger ese espacio, ese momento, debe ser trabajo que nos comprometa a todos.
La emoción llega a los niños mas pequeños, cuando hablamos de los Reyes Magos. Sin entender muy bien, a veces, la historia de estos tres personajes, los niños saben que, a ellos, se les puede pedir el juguete imposible, unas alas para volar, un castillo y hasta que regrese alguien que ha partido.
La historia de los Reyes Magos es una bonita historia que nos cuenta cómo unos hombres sabios vinieron de lejos para adorar a Jesús, también nos enseña que debemos ofrecerle a Jesús lo mejor de nosotros mismos. Los Reyes Magos nos hacen sentir la esperanza de un encuentro con Dios en la humildad y la fe. Nos devuelven la inocencia y la confianza de que nos darán lo que necesitamos para seguir la travesía y continuar por el camino como estos tres hombres lo hicieron.
El pequeño Niño Jesús, que los magos encuentran tan frágil en los brazos de su mamá, la virgen María, ese pequeño niño nos muestra que no debemos olvidarnos de muchos otros niños, que estan en otros pesebres humildes esperando la llegada, ahora, no de los reyes, sino la nuestra. Brindémosles la oportunidad de poder ser parte de esa magia que muchos niños tienen la oportunidad de vivir, convirtámonos en un rey mago y contemplemos a nuestro pequeño niño.
Los Reyes Magos nos permiten ver que aún hay muchas manos por tender, muchos niños a quienes llegar, muchos pesebres que visitar aún. Que, hoy, los regalos que le ofrezcamos a Jesús sean el amor a cada una de las personas que nos rodean, compartir nuestro tiempo o un juguete a un niño que no conocemos pero que, sin duda, nos alegrará al ver esa sonrisa e ilusión en su mirada.
Agradezcamos esta hermosa herencia, que nos permite convertirnos, ahora, en los Reyes Magos. Esta noche, te invito a que te acerques a tus dos reyes magos que tienes en casa, dales un beso en la frente, si los tienes aún contigo, porque te han entregado muchas ilusiones y sonrisas.
