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Continuación…
ESTANCIA EN ROMA
(Noviembre 1926- Noviembre 1934)
El P. Félix recibía óptimas noticias acerca del buen espíritu del hermano Alfonso y pensó que este hermano podría ayudarle en la formación de los hermanos coadjutores. Envió a Roma a otros dos muy buenos y le escribía al hermano Alfonso: «Mi querido hijo Alfonso, amado en el Señor: Les he enviado dos hermanos, que se han ido con grandes deseos de hacerse santos y de ayudar, en esa querida casita de Roma, con todas sus fuerzas. Ud. tiene el cargo de formar a esos dos hermanos, que lo van a reemplazar y, una vez la formación terminada, lo llamaré también con el excelente hermano Mariano.»
El regreso a México fue en el mes de noviembre. Pasó por Paray-le Monial, desde donde le escribió una tarjeta postal, del interior de la capilla del Monasterio de la Visitación, a su hermana, Guadalupe Pérez: «Querida hermana, hoy, 15 de noviembre, me encuentro en este lugar. Esta mañana, ayudé a la Misa en ese altar, que es el mismo lugar donde hablaba el Sagrado Corazón a Sta. Margarita. La mayor parte del día, la he pasado en esa capilla y, mañana, espero volver… después, salgo a París y tomaré el tren para Lisieux, a visitar a Sta. Teresita del Niño Jesús.
Durante el tiempo que el hermano Alfonso estuvo en Roma, gracias a las crónicas de la casa, del mes de abril de 1932, podemos saber que su problema de reumatismo ya lo aquejaba desde aquellos días: «El hermano Alfonso Pérez, un poco malo, algo de reumatismo.»
Continuará…
