8 de julio de 2024

Mirar hacia lo alto (misa de envío)


El domingo 11 de septiembre, a las 13:00 hrs, nuestro párroco, el P. Giancarlo Tomao Gordón, M.Sp.S., convocó a todos los miembros de los grupos de la comunidad de la Santa Cruz del Pedregal, para dar inicio a las actividades parroquiales en la ya tradicional Misa de Envío, donde se nos invitó a que, a través de nuestras actividades y actitudes, llevemos a otros a Jesús.

El evangelio del día, el Hijo pródigo o el Padre Misericordioso (Lc.15,11-32), dio pie a una reflexión que bien puede aplicarse a nuestra realidad humana y de comunidad. Nosotros, comenta el P. Giancarlo en su homilía, podemos ser esos dos personajes, el hijo menor que pide su herencia y se aparta de la presencia de su Padre, y/o, el hijo mayor que vive en casa del Padre, pero con un corazón herido por la envidia.

Esta parábola se mueve en el terreno de los sentimientos. El hijo menor se siente indigno y el mayor está enojado. Los dos reflejan la realidad de nuestras actitudes. El desafío aquí es, que podamos ver de qué manera, mostramos las conductas que debemos reflejar.

Lo importante es que el hijo regresa al Padre y vuelve a estar con su papá. Sin embargo, se nos invitó a identificarnos con el hijo mayor, vivimos en casa del Padre, porque vamos a misa y participamos en algún grupo parroquial, pero tal vez no proyectamos las actitudes de amor y misericordia de nuestro Padre.

Por otro lado, la realidad es que muchas personas dejan de participar en su comunidad porque su fragilidad les hace sentir indignos y se alejan. La invitación, para todos nosotros, es que escuchemos la voz de nuestro Señor Jesucristo que nos exhorta: “Sean tan humanos como yo, sean humanos para poder compartir con quienes no tienen fe”. Debemos ser el rostro de Jesús para otros, y saber acoger a los que viven sin fe.

Por último, el P. Giancarlo invitó a todos los feligreses, para que juntos hicieran esta emotiva oración de intercesión y bendición a todos los integrantes de la familia parroquial:

ORACIÓN DE ENVÍO
Señor Jesús, tú llamas y envías
a hermanos nuestros para qué por ti,
en tu nombre y con la fuerza de tu Espíritu
vayan y anuncien la buena noticia, tengan cuidado de
sus hermanos y les asistan con solicitud.
Hoy que iniciamos este nuevo curso pastoral te pedimos que
todos estos enviados tuyos tengan el cuidado y las actitudes
propia de ti Jesús, nuestro buen pastor

Que busquen a sus hermanos cuando se alejen o extravíen,
sean misericordiosos con ellos,
les haga tomar conciencia de la dignidad de hijos de Dios
que ellos tienen,
que los acojan con alegría, en sus aciertos y en sus errores
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que como hermanos ofrezcan toda la riqueza del Padre
al servicio de los demás, en especial los más débiles
y, siempre, sin importar su conducta,
celebren su participación en nuestra comunidad
como amorosos hermanos suyos.

Dios que es padre, Hijo y Espíritu Santo les acompañe en la misión que les encomienda.

Amén

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