26 de junio de 2024

Reflexiones de queridos hermanos

Queridos hermanos postulantes M.Sp.S. 

El mes pasado le escribí una carta a los Misioneros del Espíritu Santo, en general. Por este medio, hoy quiero dirigirme a ustedes, queridos hermanos míos, que este mes de agosto empiezan su postulantado en Aguascalientes. Así como empecé esa carta, quiero empezar esta: ¡muchas gracias por su hermosa vocación! 

Quiero decirles que los admiro, que admiro su determinación y valor de dar el sí a aquel que le puso corazón a la Cruz, a aquel que, desde pequeños, los ha guiado para ser quienes son ahora. Es cierto que apenas están empezando un largo peregrinar hasta convertirse en Misioneros del Espíritu Santo, pero su sola presencia en nuestra sociedad, dispuestos a dejar la “realidad cotidiana” y darlo todo a Dios; pero también por sus hermanos, ya es testimonio, para muchos jóvenes y adultos, que siguen (y seguimos) buscando nuestro lugar en la Iglesia.  

Pero, sobre todo, admiro que esta búsqueda que han emprendido es para encontrar su autenticidad y, desde ella, alcanzar la plenitud para ponerla al servicio de los demás. Gracias, porque, con ustedes, se hace posible una generación más de hombres de fuego, de continuar la construcción del Reino y de alcanzar corazones y ser testigos acompañantes del Pueblo de Dios.  

Queridos Andrés, Antonio, Brandon, Édgar, Enrique, Fernando, Iván, José Ángel, y Luis Ricardo: sepan que, desde ya, hay un Pueblo que clama a Dios por su presencia: el sacerdotal Pueblo de Dios. Que esta búsqueda que empiezan, este 28 de agosto, sea fructífera, que oigan a Dios en sus vidas, para que, en un año, habiendo terminado el postulantado y habiendo cada uno tomado su decisión de vida, podamos reencontrarnos. Pónganle corazón a la cruz, que Cristo siempre estará con ustedes. Que la beata Conchita y el venerable Félix los acompañen y, por medio de ustedes, inspiren a otros a seguir de esa forma al Señor. ¡Ánimo firme! ¡Que viva la Cruz! 

Atentamente, 

Eugenio Valle Ruiz 

Joven católico laico  

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