3 de julio de 2024

Ser Seguidor de Jesús implica descentrarse

Hace unos meses, escuché una frase que me llamó mucho la atención Ser seguidor de Jesús implica descentrarse… y es verdad.

Dejar de ser nosotros mismos el centro de todo, para darle ese espacio a Jesús. Cambiar el “yo-yo”…yo quiero, yo hago, yo tengo, yo busco, por pensar en qué es lo que quiere Jesús. Poner a Jesús al centro de mi vida, de mis acciones, de mis pensamientos, de mis decisiones.

Tener la voluntad de Dios, como alimento de la propia vida, no implica olvidarse de todo lo que hay en este mundo, sino hacer de todo lo que hay en este mundo, medios para cumplir con la voluntad de Dios.

El Papa Francisco señaló tres puntos para asegurarnos de que Jesús está en el centro de nuestra vida:

1.- Reconocer a Jesús

El primero es conocer a Jesús, para reconocerlo.

¿A mí, me interesa conocer a Jesús o, quizás, me interesan más las habladurías o las ambiciones?

Para conocer a Jesús, existe la oración. Esta es la semilla. Quien hace germinar y crecer la semilla es el Espíritu Santo.

2.- Adorar a Jesús

Además de adorar al Señor, hay que darle las gracias.

Adorar con las pequeñas oraciones y el silencio. Adorar a Jesús y decir: Tú eres el único, Tú eres el principio y, contigo, quiero permanecer toda la vida y echar fuera las cosas que me impiden adorar a Jesús.

3.- Seguir a Jesús

¿El centro de mi vida es Jesucristo? ¿Cuál es mi relación con Jesucristo?

Seguir a Jesús en la simplicidad de cada día, porque, para ser cristianos, no son necesarias cosas extrañas, cosas difíciles, cosas superfluas, no, es más sencillo de lo que muchos piensan o creen.

Primero, JESÚS y, después, todo lo demás…

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