por Este mes de mayo, tenemos dos celebraciones muy importantes, el Día de las Madres y Pentecostés, y la Virgen María es parte esencial de ellas.
María es Madre de todos nosotros, por herencia de Jesús, cuando, al pie de la cruz, nos la da como Madre espiritual a toda la comunidad de creyentes, por lo cual es Madre de Jesús y, también, Madre nuestra. Y se convirtió en Madre de la Iglesia cuando, en Pentecostés, recibe la fuerza del Espíritu Santo para cumplir su misión Evangelizadora, que es la continuación de la obra de Jesús.
María mantiene viva la fe de la primera comunidad cristiana, ya que no había fe más grande que la de María. Ella sostiene a la Iglesia naciente, en el día de Pentecostés, y alienta la unión de los discípulos. Los Hechos de los Apóstoles presentan a María al frente de la fe y de la oración.
No hay Iglesia, sin Pentecostés, y no hay Pentecostés, sin la Virgen María 1.
Aquí, te presento algunas virtudes de María que debemos imitar, en forma personal y también como Iglesia:
- La fe y la dócil aceptación de la Palabra de Dios
- La obediencia generosa
- La humildad sencilla
- La caridad
- La fortaleza en el dolor
El Papa Paulo VI declaró que María Santísima es Madre de la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II, el 21 de noviembre de 1964. Es un título con el que la Iglesia católica honra a la Virgen María, de modo oficial. La memoria de María Madre de la Iglesia, fue establecida por el Papa Francisco en 2018, para que se celebre cada año, el lunes siguiente a Pentecostés.
Renovemos nuestra oración, unidos siempre a la Virgen María. Pidámosle, a Ella, que interceda por nosotros ante Jesús.
1. Benedicto XVI – Regina Coeli 23 Mayo 2010
