8 de julio de 2024

PERSEVERAR EN JESÚS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Estamos viviendo un tiempo en donde, Jesús, nos invita a adentrarnos en nosotros mismos para vivir una pascua diferente, qué gran oportunidad podemos encontrar.

Oportunidad, qué dificil y fuerte poder llamarlo así, pero la Semana Santa es un  tiempo que nos permite redescubrir a Jesús y a nosotros mismos, sentirnos necesitados de Su amor, de Su misericordia, de Su perdón, de esa mirada amorosa que todo lo calma y reconforta.

Este es precisamente un tiempo de perseverar en Cristo, de tomar nuestra cruz con humildad, con amor, con la confianza de que, si bien sabemos las cruces no son iguales ni las circunstancias son las mismas para todos, sí es el mismo Jesús amoroso que sale al encuentro de nosotros.  

Esta pandemia nos ha llevado a renovarnos, a recrear un nuevo escenario, a ya no hacer las cosas por tradición o costumbre, sino de ver lo importante, de realmente vivir con Cristo cada día, porque sabemos que no es la muerte la que vence sino la vida.

Quedarnos quietos, esperando que todo esto pase, es estar perdiendo la vida, movamos corazones, llevemos la luz del resucitado a nuestras comunidades, a nuestra parroquia, a nuestra familia, amigos, vecinos, seamos testimonio vivo del amor de Dios porque, al final, lo que contará es cuánto amor brindamos, con cuánto amor vivimos, cuánto recibimos, cuánto cosechamos. Este virus nos recordó que, al final, el amor es lo único que nos llevaremos.

Que este tiempo nos ayude a ser agradecidos con nuestro Creador, por todo lo que nos ha brindado; que seamos conscientes de que todos formamos parte de un mismo hogar, llamado Tierra; dar gracias por la vida de quienes estan presentes, pero tambien de los que han partido, agradeciendo el tiempo que compartieron con nosotros, las huellas que dejaron. Agradecer por nuestros sacerdotes y religiosas, porque ellos salen al encuentro de quien los necesita, han tenido que reinventarse, llevan a Jesús a los hospitales, a las calles, con su mensaje de aliento, muchos de ellos, arriesgando su vida. 

Que podamos ser mensajeros, como nos mencionaba el papa Francisco, en palabras que construyen, que alientan, que ayudan al otro a no desanimarse, a seguir adelante, recordando que la perseverancia es la fe puesta en acción.

Deja un comentario