9 de febrero de 2025

Santa Mónica

Mónica fue una gran mujer, fuerte, llena de amor, fe y devoción a Jesús y a María.

Nació en Tagaste ( Africa ) en el 331, muy joven contrajo matrimonio con un hombre llamado Patricio, con el que tuvo tres hijos, el mayor Agustín.

Ella sufrió mucho con su marido. Siempre tuvo muy clara la situación de la mujer de su época, por lo que prefería quedarse callada, antes que discutir con él, pues tenía muy mal carácter, además de ser mujeriego, pagano y jugador.

Las mujeres del lugar, recibían grandes golpizas y terribles tratos de los maridos por cualquier cosa y le preguntaban a Mónica como lograba que su marido no la golpeara, ella decía que prefería callar, ya que para pelear se necesitan dos. Así lograba que la dejara en paz para ayudar y servir a los demás.

Agustín creció bajo la oración de su madre;  y el ejemplo de su padre, así se fue desviando del camino de Dios.

Mónica lloró y sufrió enormemente, pero nunca se dio por vencida. Oraba constantemente por la conversión de ambos, con la esperanza de que se convertirían.

Pero, cometió errores al querer que su hijo tomara las decisiones que ella consideraba correctas. 

Agustín tardo más tiempo. La desesperación de Mónica la llevaba a orar y orar más, pero descubrió que los tiempos de Dios no son nuestros tiempos, gracias a los sacerdotes y obispos enviados por Dios, quienes la acompañaron como su guía espiritual durante este tiempo.

Logró que su marido se bautizara, un año antes de su muerte, en el 371, al igual que su suegra, quien siempre le  amargó la vida.

Mónica conoció a un gran Santo, San Ambrosio quien le  ayudó  a Agustín a abrir su corazón y su mente a la fe católica.

Por fin en el año 387 en la fiesta de Pascua de Resurrección Agustín pidió ser bautizado.

Tiempo después decidió volver a África con su madre y su hermano, y en el puerto de Ostia mientras esperaban él y su madre la llegada del barco, observando el cielo, ella le dijo, “ya ha recibido de Dios lo que más anhelaba, ver tu conversión”.

Días después comenzó con una fiebre que se fue agravando, lo que le  ocasionó la muerte, a los 55 años de edad.

Pidamos a Santa Mónica que interceda por nuestros hijos y familiares para que su vida siempre este en el camino de Dios.

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