por La alimentación al seno materno es la mejor forma de nutrir a un bebé, ya que le proporciona todos los nutrimentos para crecer y desarrollarse. Es muy importante que se inicie lo antes posible, después del nacimiento del bebé, para estimular paulatinamente la producción de leche materna. Debe ser a libre demanda, según las necesidades de cada bebe, sin horario o un tiempo específico para cada tetada. Poco a poco, cada uno irá definiendo su horario y la duración de las tetadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que el único alimento del bebé sea la leche materna, durante los primeros seis meses de vida. Los alimentos en papilla o semisólidos y líquidos se deben incluir, poco a poco, a partir del sexto mes de vida.
Algunas recomendaciones para la alimentación de la madre durante este período de lactancia son:
Consumir abundante cantidad de agua durante el día y la noche, 3 litros o más, esto facilitará la producción de leche materna y el buen funcionamiento del cuerpo de la madre.
Comer una dieta completa, equilibrada y variada, de modo que la madre pueda obtener todos los nutrimentos necesarios, evitando el desarrollo de anemia o la descalcificación de huesos y dientes. Incluir alimentos ricos en hierro (lentejas, verduras de hoja verde, carne de res o hígado), en calcio, como los lácteos (leche, yogurt, queso); y en vitamina C, como (limón, mandarina o naranja).
Agregar a la dieta de 300 a 400 kcal por día para cubrir las necesidades de energía: un vaso de leche, un huevo o 40 gramos carne de res, 1 plátano, 1 rebanada de pan integral y 1 cdita de aceite vegetal o 1/3 pieza aguacate.
Evitar el consumo de alcohol y el hábito de fumar.
Tomar, diariamente con el desayuno, un multivitamínico para la lactancia materna que contenga calcio, vitamina B12 y D. Acompañar con exposición al sol de 10 a 15 minutos, como en una caminata al aire libre, de ser posible.
“Además de proporcionar a niñas y niños todos los nutrientes y la hidratación necesarios, la lactancia materna proporciona beneficios emocionales y psicológicos, tanto al bebé como a la madre, y ayuda a las familias a evitar gastos adicionales en fórmulas, biberones y, al propiciar la mejor salud del bebé, reduce también los gastos en consultas médicas y medicamentos.”
Fuente UNICEF México.
