El pasado domingo 6 abril, la comunidad de la Parroquia de la Santa Cruz del Pedregal se reunió con alegría y fervor para celebrar la Misa de Envío de los jóvenes que participarán en las Misiones 2025, durante la Semana Santa, en el estado de Hidalgo dentro de la región de la Sierra Madre.
La Eucaristía fue presidida por tres sacerdotes: el P. Giancarlo, nuestro párroco, junto con el P. Marco y el Hno. Gustavo. Fue una celebración llena de fe, entusiasmo y compromiso misionero.
Durante la homilía, el P. Giancarlo invitó al frente a cuatro jóvenes misioneros, y con gran profundidad inició su reflexión haciendo referencia al Evangelio de San Juan (8,1-11): “¿Hoy en día se apedrea a las mujeres por adulterio?” preguntó.
Los jóvenes respondieron que no, reconociendo que, aunque ese pasaje puede parecer lejano a nuestra realidad, es Palabra de Dios y está viva para siempre.
El Padre nos hizo mirar más a fondo lo que este pasaje tiene que decirnos hoy: «Se juzga y se condena en todos lados: en las familias, dentro de la Iglesia, en asociaciones, siempre donde hay personas. Recordó cómo los fariseos y escribas, al querer ponerle una trampa a Jesús, terminan poniéndose ellos mismos en juicio, al otorgarle a Él la autoridad para decidir. Jesús les responde: «El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.» Así, el juicio comienza por uno mismo. «Si tú juzgas a otros, júzgate a ti primero. Con la vara que mides, serás medido. Mira primero cómo estás tú”, exhortó el padre Giancarlo.
El mensaje final fue claro y directo: Jesús no condenó. Solo dijo: “Vete y no peques
más». Esa debe ser también la actitud del misionero: ir con un corazón limpio, sin prejuicios ni juicios, conscientes de que los primeros agraciados por la misericordia somos nosotros mismos.
En un gesto profundo de comunión, la comunidad entera oró por los misioneros, pidiendo al Señor que los fortalezca en esta misión y los acompañe con su gracia.
Los sacerdotes impusieron una cruz a cada joven, como símbolo de su entrega, recordándoles que siguen a un Jesús que, siendo inocente, fue condenado… y aun así, perdonó a sus acusadores.
En las palabras de la oración de envío, se pidió al Señor que conceda a estos jóvenes:
La gracia de ser apóstoles incansables,
la fe para dar testimonio de su amor,
la esperanza para contagiar alegría,
y la caridad para consolar a los que sufren.
«Concede tu Santo Espíritu, Señor, y hazlos dóciles a tus inspiraciones, para que sepan salir al encuentro de los alejados de Ti.»
El momento culminó con la entrega de las cruces por parte del P. Giancarlo, el P. Marco y el Hno. Gustavo, en medio de un ambiente profundamente emotivo, acompañado por el canto de “Alma Misionera” interpretado por el coro formado por los mismos jóvenes misioneros.
Así, con un corazón dispuesto, al final de esta Cuaresma, los jóvenes fueron enviados a vivir la Semana Santa como verdaderos discípulos de Jesús, para transmitir su enseñanza y su amor en esta bella misión en Hidalgo.
La comunidad, conmovida y esperanzada, se unió en oración por ellos, sabiendo que su testimonio será una semilla de fe y caridad donde quiera que vayan.
¡Buen camino misioneros !