15 de enero de 2025

Mirar hacia lo alto

Contemplar la Navidad

Amigos lectores, ahora, hablemos sobre la Navidad. Es importante volver a nuestras raíces y tradiciones para vivirla, no solo externamente, con cenas y festejos, sino también dándonos espacios de oración, reflexión y contemplación que nos conecten con Jesús.

Comencemos recordando que los únicos dos evangelistas que narran el nacimiento de Jesús y su infancia son Lucas y Mateo.

Mateo tiene como auditorio a los judíos, por eso, para hablarles de Jesús Mesías, tiene que comprobar, con el Antiguo Testamento, que Jesús es el nuevo Moisés, en quien se cumplen las promesas proféticas. Inicia con el árbol genealógico de Jesús, para indicar que la alianza hecha con Abraham se reestablece en Él (Jesús) y que, al ser descendiente de David, se cumplen las promesas que Dios le había hecho en la profecía mesiánica de Natán.

El rey David quiere construir un Templo a Dios y el Señor le contesta más bien… «Yahvé te anuncia que Él te edificará una casa. Y, cuando hayas llegado al final de tu vida y descanses con tus antepasados, mantendré, después de ti, un descendiente salido de tus entrañas y consolidaré su realeza. Él edificará una casa en mi honor y yo mantendré para siempre su realeza. Seré para él un padre y él será para mí un hijo. No apartaré de él mi amor. Tu dinastía, tu realeza, subsistirán para siempre ante mí y tu trono será estable para siempre» (2Sam.7,12-16).

No será David quién construya una casa a Yahvé, sino será Yahvé quien levante una dinastía a David y permanecerá eternamente. Esta profecía se cumple en Jesús.

Por otro lado, José y María hacen una elección, le dicen sí a la misión que el Padre les propone de ser los padres de Jesús. También nosotros debemos hacer una elección: decir sí o no a la misión que, a cada uno, nos encomienda Dios.

Aquí les dejo algunas citas Bíblicas con las que pueden admirar el amor de Dios hacia nosotros, dándose tiempo para contemplar la Navidad desde la Palabra de Dios. Mateo capítulos 1 y 2; Lucas capítulos 1 y 2; Salmo 130,7-8; Isaías 7,14; Números 24,17; Zacarías 6,12; Apocalipsis 22,16; y no dejen de orar con la Magníficat en Lucas 1,46-56.

Hermanos, los invito a que, en esta Navidad, encuentren tiempo para conectar con la Palabra de Dios, reflexionar y comenzar el año 2025 de la mano de Dios. Amén.

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