15 de enero de 2025

La luz de Dios 

La huella de Dios en ti

                                                                                           Gisèle Scarnière

En Adviento y Navidad, la luz es un signo muy representativo. 

En este tiempo, encendemos muchas luces dentro y fuera de casa, en el árbol de Navidad, en las velas de la corona de Adviento, en las posadas, luces de bengala, fuegos artificiales; pero hay una luz, que siempre debemos mantener encendida en nuestro corazón, para que no se apague la fe… la luz de Dios, que es la fuente de toda luz.

El árbol de Navidad, con sus luces, nos recuerda que Jesús es la luz del mundo, es la luz del alma 1. Es esa luz que habita en el interior de cada persona, de cada ser, es un signo de esperanza. En Él, se nos revela la gracia y la verdad de Dios.2

El mismo Jesús lo dijo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. (Juan 8:12).

Dios provee, desde el origen, que el hombre tenga luz en su vida. Las primeras palabras que pronuncia Dios y que quedan registradas en la Biblia son: sea la luz y fue la luz (Génesis 1.3). 

Nuestra alma debe abrirse a la verdadera luz espiritual, traída a todos los hombres de buena voluntad. El Dios con nosotros, nacido en Belén de la Virgen María, es la Estrella de nuestra vida.3

1. Papa Francisco – Papúa Nueva Guinea septiembre 2024

2. José Antonio Pagola

3. Benedicto XVI Audiencia General 21 diciembre 2005

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