2 de agosto de 2025

El llamado a servir es para ti

Al llegar el momento de reconocer que Dios, como Padre, trata de mantener una continua y amorosa comunicación con cada uno de nosotros, no consideramos que esa conversación, que continuamente escuchamos en nuestro corazón, es el llamado de Dios para distinguirnos como hijos suyos y mostrándonos su amor.

Esta es la manifestación de su cariño inconmensurable, con la que quiere darnos la guía para que no dudemos en asumir valientemente el llamado que nos hace, porque Dios no duda de que, al aceptarlo y asumirlo, descubriremos en nosotros las capacidades que nos ha dado y que debemos desarrollar y hacer presentes para servir a nuestros hermanos, colmando de felicidad nuestra vida.

Quizás sea el mundo, quien nos llena de temores y dudas, que nos hace ver torpes e indignos para asumir el reto y romper la quietud, porque el llamado inquieta nuestro corazón y nos llena de ansias saludables, que rompen el ensimismamiento y la auto conmiseración; que nos hace vernos inútiles e incapaces, porque así nos quiere el mundo, a fin de que encontremos razones y excusas para no servir a los demás, manteniéndonos en una pacifica quietud que nos impide llegar a nuestra propia realización.

Dios nos provoca la inquietud, para que descubramos nuestras capacidades, las desarrollemos y atendamos las necesidades de los que nos rodean; porque el mandato de amor en que se resume toda la ley de Dios Jesús es un mandato de ser sensibles ante nuestros semejantes, acercarnos a ellos y atenderlos en sus necesidades; abrir nuestro corazón a aquello que nos descubre y nos motiva a desarrollarnos nosotros mismos, en favor de los que están cercanos.

Servir no es un acto de sometimiento, sino de libertad, de decisión y de una profunda confianza en el que Dios se hace presente en nuestra persona; al igual que dejarnos servir. Es un signo de agradecimiento y alabanza a Dios, al que nos pueda ayudar en lo que nosotros necesitamos…

Deja un comentario