5 de junio de 2025

 Otro Papa Americano

Al oír sonar las campanas de todas las iglesias y ver que las redes sociales se reventaban con un solo mensaje “Habemus Papam”, la iglesia universal y muchos más en el mundo entran en la expectación: ¿A quién habrá electo los cardenales?

Porque, en el conclave, solo los cardenales electores saben que es lo que pasa cuando el aleteo del Espíritu Santo refresca sus ideas, ve los signos de Dios en el hombre que ha elegido para que sea el siguiente sucesor de Pedro y guíe a su iglesia dando testimonio en el mundo…

De repente, se abren las cortinas; el silencio expectante se condensa, la cruz procesional y el Cardenal Diácono salen al balcón de la bendición.  Escuchamos los textos protocolarios y por fin el nombre:  Robert Francis, Cardenal Prevost.

Un silencio sepulcral y temeroso, la expectación dejó espacio al asombro, pues este cardenal no había estado entre los posibles, plausibles y probables, se sale de toda razón.

Era obispo auxiliar de Chicago a quien el Papa envió a atender una comunidad del Perú. Surgen las dudas ¿es progresista o conservador? Sale al balcón un hombre de mediana estatura y moderada edad, con un rostro que manifiesta el asombro, la inquietud y el temor, del nombramiento que acaba de recibir. Vestido con la sotana, el roquete, la museta y la estola papal, signos de un papa conservador como Benedicto XVI.

El Cardenal diácono lo ha anunciado como León XIV, nombre que habla de tradición moderada y conciliadora, de fuerza trasformadora y sensibilidad. Su discurso nos habla de la necesidad de la iglesia de trabajar juntos, de tender puentes, de comunicarnos y ponernos acuerdos, para traer la paz y ser artífices de una comunidad donde todos se escuchen.

Los signos conmovedores que hace presente, pese a ser de origen estadounidense; su último encargo, su comunidad de procedencia esta en Perú, por ello habla en español y se siente latino como el que más. Ahora su solideo está en el mundo, puesto para encontrar las pobrezas, las heridas, las soledades, atenderlas de la mano de María.

¡Bendito sea Dios! que nos ha dado un nuevo pastor de América para el mundo, que la virgen de Guadalupe nos lleve a navegar por rumbos de comunicación y testimonio, con nuestro Papa León XIV   

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