por Jorge Mario Bergoglio, “El Papa Francisco”, muere el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 hrs. del Vaticano. Parecería referencia a una ficha de obituario, sin embargo, este dato cronológico tiene una profundidad mucho mayor ¿Por qué?
Francisco venía de una hospitalización de varias semanas; complicaciones renales y respiratorias lo pusieron al borde de la muerte. Sin embargo, acercándose Semana Santa pareció presentar mejoría, al grado de hacer apariciones públicas. Concretamente, el domingo de resurrección realizó un recorrido en el “Papamóvil”. Para sorpresa de todos, al día siguiente, murió.
Siguiendo la escuela de Herbert McLuhan (1911-1980) sociólogo de tecnología de la comunicación y considerado erudito en análisis de medios masivos y creador de la frase “El Medio es el Mensaje”, no se puede dejar pasar la muerte del Papa, sin preguntarse ¿Por qué al día siguiente al domingo de Resurrección?
Habría tres interpretaciones.
Primera, meramente circunstancial. Su muerte es consecuencia de haberse expuesto de más, cuando se supo que los doctores le recomendaron reposo absoluto por sesenta días.
Una segunda alternativa, podría ser que la Divinidad le permitió cumplir la misión, al máximo representante de la iglesia en la semana más importante para la religión católica.
Una tercera. Difícilmente se piensa que un ser humano controla la decisión de su muerte, pero existen innumerables citas que en condiciones especiales se ha hecho. Así, se podrá pensar que el Papa decidió no pasar recluido en un cuarto los días más importantes para la iglesia católica, el tiempo de la pasión de Jesucristo, el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección, siendo espejo de esa entrega amorosa de Jesús para librarnos del pecado y abrir las puertas del Cielo.
Sabía perfectamente que sería su última oportunidad de vivir su propia pasión, pero no podría robarle el protagonismo al Maestro, muriendo el día de la resurrección, así, lo dejó para unas horas después.
Sea cual fuere, pasará a la historia de los acontecimientos de mayor relevancia de su papado.
EL RETO PARA QUIEN LLEGUE
