8 de junio de 2025

Sábado: Vigilia Pascual

Y llegó el momento esperado Jesús, la Vigilia de tu Pascua, contemplada a la luz de la Sagrada Escritura que nos regalas para ir comprendiendo poco a poco la grandeza de los Misterios de tu muerte y resurrección. Nadie parecía “cansado” de oír lecturas, al contario estábamos ávidos de escuchar cada Palabra que nos dabas. Gracias Padre por Jesús tu Palabra; gracias porque quisiste que tu voluntad y tus palabras de amor quedaran consignadas en la Biblia y pudiéramos gozarlas cada vez que queramos escuchar tu voz.

Entramos en la Iglesia, sumidos en profunda oscuridad. Y sentíamos cómo poco a poco la tiniebla desaparecía y aparecía tu luz, que poco a poco, delicadamente eliminaba ese mundo tenebroso como en el relato de la creación, y decías “hágase la luz”. Y entró por el portón la Luz de la Cristo Resucitado, una luz que no se quedó para Sí mismo, sino que, dada por él, fue repartiéndose y compartiéndose entre nosotros, de hermano a hermano, de hijo de Dios a hijo de Dios. ¡Qué hermosa experiencia!, tú eres el Dios Único, el que es la Luz y comparte su Vida, el que disipa las tinieblas por más oscuras que sean y las transforma en fuego de vida y amor entre nosotros. Y eso vibró en la noche de Pascua en nuestra parroquia: un pueblo que te aclamaba, que respondía con fuerza a cada invocación de la liturgia, que cantó tomado de las manos “Padre Nuestro”. Nadie callaba Jesús, porque todos sentíamos la alegría y la esperanza de tu presencia de Resucitado entre nosotros.

¡Gracias Dios Padre por tu infinita bondad, por amarnos tanto y salvarnos en el amor y la fidelidad de Cristo Jesús en el poder de tu Espíritu Santo! Te alabamos y te damos gracias por habernos invitado a disfrutar los Misterios de nuestra fe en comunidad, bajo la guía de un buen pastor que en tu Nombre nos comprometió a ser como Jesús: queremos ser una comunidad que se entregue a los demás. ¡Ayúdanos para que nuestra Parroquia de la Santa Cruz del Pedregal brille en medio de los hombres, para que tú seas glorificado! Amén.

¡Y si tú querido lector no pudiste estar con nosotros este año, no puedes perderte esta experiencia para el próximo! ¡VEN A CELEBRAR CON NOSOTROS NUESTRA FE!

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