La Semana Santa nos invita a reflexionar, a caminar al lado de Jesús, a acompañarlo en su pasión y muerte y reactivar nuestra esperanza y fe con su resurrección.
En palabras del Papa Francisco: “La fe nace de la resurrección y aceptar que Cristo ha muerto, murió crucificado, no es un acto de fe. Sin embargo, creer que ha resucitado sí lo es”.
“El cristianismo nace de aquí. No es una ideología, no es un sistema filosófico, sino un camino de fe que parte de un acontecimiento, testimoniado por los primeros apóstoles de Jesús”.
Cristo resucitado es nuestra esperanza, la esperanza de un mundo que, por momentos, parece estar quebrado, en medio de guerras, egoísmo y falta de empatía. Pero, ante todos los acontecimientos, “debemos mantener encendida la llama de la esperanza que nos ha sido dada”.
Tal vez, nosotros no siempre buscamos a Dios, pero Dios siempre nos está buscando.
En este Jubileo 2025, Peregrinos de Esperanza, el Papa Francisco nos exhorta a que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios; el sueño de un mundo nuevo, donde reinan la paz y la justicia.
La virtud cristiana de la esperanza es incompatible con la pereza y exige a todos «hacerse peregrinos en busca de la verdad».
El Santo Padre subrayó que todos tenemos el don y la tarea de llevar esperanza, allí, donde se ha perdido, donde la vida está herida.
Que Jesús resucitado sea la fuerza y la esperanza de nuestra vida y la guía para seguir avanzando en el camino de la fe.