por La Esperanza pudiera ser lo distintivo de este año 2025. Al menos ese es el deseo del Papa Francisco cuando lo declaró año Jubilar bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”. Sin duda el Sumo Pontífice, comunicado en continuación con todos los confines de la catolicidad en el planeta, sin mencionar de las nunciaturas y delegados diplomáticos de la Santa Sede repartidos por todo el orbe, halló en la Esperanza una moción prioritaria del Espíritu Santo para nuestro tiempo.
Podemos informarnos sobre el sentido de este tiempo en las páginas interiores del presente, nuestro primer número para el Año Nuevo. “El jubileo se toma como un tiempo de liberación, caridad y misericordia” explica el D.P. José Ignacio Abarca. Un tiempo, por tanto Don de Dios, destinado para dar lugar a esta Virtud Teologal en un mundo desesperanzado.
Pasada la Navidad, paradójicamente la Buena Noticia que el niño recién nacido ha traído, no suele prevalecer mucho. El regreso a lo cotidiano, con tanta carga de mundanidad parece apagar la alegría navideña. La alegría de la Virgen Madre tiene sus ecos no obstante las oscuridades del mundo.
“Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”, afirma Alejandra Barrera rememorando el encuentro con una amiga al charlar sobre la providencia de Dios en su fecundidad. “Pues no hay que reírnos tanto, no vayan a llegar más bendiciones” declara con una sonrisa su amiga bendecida con un embarazo largamente anhelado, y comparte con frescura cómo, así desde la vida diaria, Dios trastoca nuestros planes. Ambas evocan a otra Sara, también sorprendida con un embarazo muy tardío: Saray esposa de Abraham, luego madre por milagro del risueño Isaac. En ello podemos descubrir un sentido del humor muy celestial, sin perder para nada lo grandioso y bendecido de las acciones divinas
Por su parte, Yeyo Valle, nuestro joven millennial, se pone nostálgico con el paso del tiempo. El tiempo pasa y Dios lo hace fluir…podemos hacernos al modo de ese flujo o, por el contrario, sentir que nos arrastra…más valdría, me parece, que como un buen surfista, los jóvenes pudieran aprovechar para impulsarse con la ola y no ser revolcados por ella. El nuevo año abre por delante un oleaje de días y meses llenos de sorpresas.
«Hay que tomar los días uno por uno y tal como vienen, las cosas de ayer son pasadas y el mañana le pertenece a Dios. La cruz es ligera cuando se toma así en partes»[1]. Aconsejaba la beata Concepción Cabrera con estas sabias palabra al padre Tomás Fallon, MSpS: El P. Fernando Torre MSpS nos refiere a ello para mejor discurrir cristianamente el día a día del nuevo año.
Año nuevo, regalo de Dios. Así podamos gozarlo y aprovecharlo todos. Muchas felicidades hermanos para este 2025.
[1] C. Cabrera, Cartas al padre Félix y a los Misioneros del Espíritu Santo, Cimiento, México 1989, 314 (Al padre Tomás Fallon, 29 octubre 1935).
