Las Causas de Beatificación y Canonización
H. Alfonso Pérez Larios, M.Sp.S. (31)
Enero 2025
Recopilación: P. Alfredo J. Ancona Cámara, M.Sp.S.
Continuación…
El hermano no descuidó sostener correspondencia epistolar con sus familiares: les escribía con constancia, pero, desgraciadamente, su hermana Guadalupe guardó con tanto cariño esas cartas que, cuando el hermano Hermenegildo Pérez, M.Sp.S., le suplicó que se las mostrara, no las pudo encontrar. Solo aparecieron una que otra, lo que causó mucha pena a Guadalupe, quien le decía al hermano «que eran bastantes cartas». Tampoco el hermano Alfonso conservó las de su familia.
El 24 de enero de 1929, murió otro de los hermanos de Alfonso, poco menos de dos años después del «martirio» de Leonardo. Sabemos de eso por la carta que el hermano Alfonso le escribió al P. Félix Rougier, el 14 de abril de ese año; lástima que no exprese en dicha carta el nombre del difunto, ya que esta es la única fuente de nuestra información:
«Le doy la noticia de la muerte de otro de mis hermanos, que murió el 24 de enero de 1929: le suplico ruegue por el eterno descanso de su alma. Según me dicen en la carta última, tuvo sus últimos días muy penosos: perdió el habla, después de dos o tres días de tos, murió por un vómito de sangre, aunque esto último fue como una complicación de su primera enfermedad».
Debido a la revolución y a la persecución religiosa, así como a la muerte de estos dos pilares de la economía familiar, comenzó la familia Pérez Larios a tener dificultades de distinta índole, como se deduce de las cartas de Alfonso al P. Félix:
«Me escribieron mis hermanas de León y me dicen que están pasando una situación muy mala, mis hermanos no trabajan en cosa fija, por tal motivo, días hay que consiguen algo y días nada… yo siempre les recomiendo ofrezcan todo con amor, pidiendo perdón y misericordia».
«Mis hermanos… están en la más triste situación, tal vez no tengan ni para poner la carta en el correo; mucho le recomiendo un momento por sus necesidades, tanto de alma como de cuerpo».
«Ya, a mi hermano Manuel, le quitaron el trabajo, de manera que tienen otra vez esa pena; le suplico haga una petición por ellos, para que Dios les ayude, principalmente, que sus almas no se pierdan».
Continuará…