por Me asomo a las noticias de dentro y de fuera
y escucho la destrucción que nos invade,
la ambición que nos carcome
y el egoísmo que todo lo degrada.
Pero, también, me asomo a los lugares pequeños:
Marta cuida a sus sobrinos desde que murió su hermana,
Toño regala sus servicios a quien no puede pagarle,
Carmelina entrega su vida defendiendo
la dignidad de la gente y la vida de la tierra.
Me doy cuenta, entonces, mi Dios,
de que sigues lavando los pies de tu pueblo,
inclinándote en servicio humilde y generoso,
manteniendo viva entre nosotros, a pesar de todo,
la calidez humana, nuestra luz, nuestra esperanza.
Por la gente buena, Señor,
que ama, ríe, sufre y busca,
quiero yo también ser tuyo,
tu voz me anima, aquí me quedo.
Yo, también, pongo mi vida
en este surco que tú has abierto.
