Dejando Huella
Gisèle Scarnière
Durante la visita del Papa Francisco a Papúa, Nueva Guinea, el pasado mes de septiembre, sostuvo varios encuentros, en los cuales pronunció mensajes muy significativos. Aquí les presento algunos de ellos:
No reduzcan, jamás, la fe a una observancia de ritos y preceptos, sino a que esta consista en amar y seguir a Jesucristo y pueda convertirse en cultura vivida, inspirando las mentes y las acciones, transformándose en un faro de luz que ilumine el trayecto.
De este modo, la fe podrá ayudar a la sociedad entera, a crecer y encontrar soluciones, buenas y eficaces, a sus grandes desafíos.
El Santo Padre afirmó que: hay esperanza para todos. Todos tenemos un papel y una misión que nadie más puede cumplir. Ninguno de nosotros es como los demás, todos somos únicos ante Dios.
Además, subrayó: “Todos tenemos límites, nos cansamos, pero esto no determina nuestra felicidad, que es, según el Pontífice, donar amor y recibir amor.
Es esta la cosa más bella e importante de nuestra vida, para cada persona, en cada condición: Nuestra alegría depende del amor.
También, señaló que debemos aprender a amar a Dios y a los otros con todo el corazón; todos somos regalos bellísimos de Dios.
Sin lugar a duda, la fe es amar y seguir a Jesucristo.