8 de febrero de 2025

Ofréceme y ofrécete bondad

Para FB e Instagram: El mundo necesita corazones que sean acueductos, por donde fluyan la bondad y la misericordia.

La bondad es la inclinación que los seres humanos tenemos, para hacer el bien, contrario a lo que Thomas Hobbes sostenía, que el hombre es malo por naturaleza, egoísta, que actúa solo para sobrevivir “el hombre es un lobo para el hombre”.

El Espíritu Santo es quien nos concede la bondad. Es un fruto, dado por Él, cuando vivimos en comunión permanente con Jesús, es un regalo para estrechar esa unión y animar nuestro camino de santidad 

Al ser un fruto, está llamado a crecer y compartirse, porque, contrario a los bienes materiales, los bienes espirituales, mientras más se distribuyen, más se reproducen.

De tal manera que la bondad no la recibimos para atesorarla, sino para transmitirla, así se lo dijo Jesús, a la beata Conchita Cabrera de Armida: Tú no eres sino un medio para mis fines. En ti, solo verán el brillo de mis misericordias. Eres acueducto de mis misericordias y bondades para otros.

Un acueducto abastece las necesidades de agua de quien la necesita, es un medio encargado de hacerla fluir, sin obstáculos, de manera segura y eficiente.

El mundo necesita acueductos de misericordia y bondad, que busquen compartir lo que han recibido del Señor con los demás, especialmente con los más necesitados. “Gratis lo recibisteis, dadlo gratis” Mateo 10.8.

Practiquemos actos de bondad: en la ternura con que hablamos, la dulzura de nuestra conducta, el perdón de las ofensas e injurias o en el contacto con quien nos resulta difícil. Imitando a Aquel que nos envió el Padre, su Hijo Jesús, que vivió amando y entregándose y, a María Santísima, expresión carnal de la bondad infinita de Dios.

Que sea esta nuestra misión permanente, sin olvidar que la bondad inagotable de Dios sustenta la nuestra y que un corazón humilde y bondadoso es especialmente grato a Sus ojos.

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