8 de junio de 2025

Inyecciones de Fuego Les encargo que pasen su fe a sus hijos

Concepción Cabrera les escribe una carta, a modo de testamento, a sus hijos Lupe, Francisco, Ignacio y Salvador; les dice: «Si me muero, […] les encargo que pasen su fe con enseñanzas y ejemplos a sus hijos, no escatimando sacrificios para educarlos cristianamente teniendo especial cuidado en formar sus almas y en que se eduquen en la religión».

«Pasen su fe a sus hijos». El mayor bien que una madre y un padre pueden hacer a sus hijos es transmitirles la fe. La fe es un don que el Espíritu Santo nos da como en semilla. Para que esta semilla germine, crezca y fructifique es necesario el riego de las enseñanzas –evangelización y catequesis–. Pero, la sola palabra de los papás no basta; es necesario que los hijos tengan ante sus ojos ejemplos concretos de lo que significa ser discípula/o de Jesucristo.

«Educarlos cristianamente». Una educación que los lleve a creer en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a amarlo; a amar a la Virgen María, a la Iglesia, al Papa y a los demás pastores; a amar al prójimo, a los pobres y necesitados, a los enemigos. Inculcarles que frecuenten los sacramentos, la oración diaria, la lectura de la Sagrada Escritura, el deseo de la vida eterna. Ayudarlos a que aprendan a hacer la voluntad de Dios, a perdonar, el desprendimiento, el servicio, la esperanza, la alegría…

«Formar sus almas» y no únicamente su cuerpo y su mente, a fin de que sean personas de carácter, que quieran hacer el bien a los demás y sepan cómo hacerlo (cf. Hch 10,38). Formarlos con el ejemplo. Formarlos con amor, paciencia, esperanza y perdón, para que tengan el deseo de ser mejores cada día. Formarlos presentándoles los valores, ayudándolos a practicar las virtudes, estableciendo limites sanos y constructivos (cf. Col 3,21), corrigiéndolos cuando sea necesario (cf. Hb 12,10-11).

Si eres madre o padre de familia, pídele al Espíritu Santo que te conceda la sabiduría y el tino necesarios para transmitirles tu fe a tus hijas e hijos, educarlos cristianamente y formar sus almas.

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