8 de junio de 2025

Jesús nos toca a la puerta para llamarnos (Respuestas de amor a Dios )

Ana Victoria Padilla Newton

Nuestro Señor toca constantemente a nuestra puerta. La cuestión, en realidad, es si nosotros le queremos abrir. Dios, que es la Palabra, siempre comunica y quiere entrar en relación con nosotros. ¿Cómo reconocer su llamada?

Cuando hay algo que nos inquieta, que incluso no nos deja dormir, puede ser el llamado de Dios que nos llama a ser mejores. Pensemos, por ejemplo, en Samuel, que escuchaba, en medio del sueño, una voz que le llamaba y no se tranquilizó, hasta quedarse atento a escuchar y acoger lo que esa inquietud en la noche no le dejaba conciliar el sueño. Dejando el miedo, le dijo a Dios, “Habla, Señor, que tu siervo escucha” (1 Sam 3). Es necesario tener una disposición de apertura y valor cristianos, para enfrentar aquello que nos inquieta, pues Dios se manifestará, dándonos a conocer lo que quiere de nosotros. ¿Cuál es el mensaje de Dios, dentro de aquello que no nos deja dormir?

A veces, la llamada de Dios aparece de manera sobrecogedora, Ex 3, 2-4, cuando Moisés se encuentra con la zarza ardiente, encontrando su misión. En la vida, nos puede suceder que algo que nos impacte sea el mensaje de Dios, para otorgarnos un sentido de vida y una misión. Todos los días, la compañía de Nuestro Señor nos muestra las maravillas y los misterios de la vida cristiana. Ahí, podemos encontrar nuestra misión, que, igualmente, puede provenir de experiencias propias o testimonios de otros cristianos. Estemos atentos, pues Jesús no nos deja solos. Constantemente, nos muestra el camino y nuestra ceguera y soberbia puede provocar que perdamos el sendero. ¿Discernimos los llamados y los cuestionamientos de la vida misma?

Pueden ser nuestras propias vivencias, inclusive las de quienes son los más cercanos a nosotros, las que llamen a la puerta de nuestro corazón. Seamos humildes, escuchemos en apertura, para dejarnos tocar por Jesucristo. La oración, la escucha de la Palabra, poner en práctica el Evangelio, una vida de Sacramentos, nos ayudarán a ir abriendo la puerta a Jesús, Señor Nuestro.

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