Este 21 de septiembre, celebraremos el Día Mundial de la Paz.
En nuestro país, estamos por vivir un nuevo cambio de mandato presidencial y, ante estos cambios que se aproximan, no podemos dejar de pensar en la paz, la paz en nuestro México, pues todos los días escuchamos en las noticias sobre la violencia en las calles, en los hogares, en las escuelas, en lugares públicos.
Aunque decimos que la paz empieza por uno mismo, también es cierto que, para llegar a eso, necesitamos una gran conciencia, pues, tristemente, no todos están dispuestos a ver por el bien del otro.
Y es que la paz no solo es ausencia de guerra. Mientras haya pobreza, discriminación, racismo, exclusión, difícilmente llegaremos a la paz. (Rigoberta Menchú)
Fomentar la paz, mediante la cultura del cuidado, es importante. Dar ejemplo para que, cuando nos pregunten como a Caín, “¿Dónde está tu hermano?”, podamos contestar: “está aquí, a mi lado”. ¿En qué lugar encontramos el valor de la fraternidad? Quién es fraterno cree, es decir, tiene fe de que todo puede ser diferente y hace lo posible para que así sea, mediante el servicio.
Debemos levantarnos juntos por la paz, por el cuidado del que está a mi lado, lo conozca o no, finalmente, un bien para él es un bien para mí.
No podemos construir la paz, si no comprendemos y reconocemos al otro. No podemos solo hablar de ello, necesitamos poner acción en nuestras palabras, para que vayan tomando el sentido que necesitamos.
Es importante encontrarla juntos, buscarla juntos, desde el dialogo, desde la empatía hacia el otro, desde el cuidado propio y que se vea reflejado a los demás.
La paz es su don que nos lo ha otorgado Él. Pero este don debe ser acogido y cultivado por nosotros, hombres y mujeres, especialmente por nosotros, los creyentes. No nos dejemos contagiar por la lógica perversa de la guerra; no caigamos en la trampa del odio, situemos la paz como centro de todo, como dice el Papa Francisco.
Que podamos alzar la voz por nosotros y por los otros que están a nuestro lado, por aquellos que no conocemos, pero necesitan de nosotros, que podamos ser uno solo en esta búsqueda de paz.