8 de junio de 2025

Respuestas de amor a Dios

Sencillez y humildad

Varias situaciones son las que nos impiden estar unidos a nuestro Señor y todas se desprenden de una falta de imitación de lo que Jesús nos enseña, ya que nos quiere transmitir y dejar grabado en nuestro corazón y en la mente el modo en que nos hemos de conducir en la vida para estar cerca del Padre.

Cuando nos abrimos dócilmente a sus enseñanzas, estas quedan impresas en lo más íntimo del alma, para poder ponerlas en acción. La caridad, la sencillez y la sinceridad en el trato con el prójimo son características propias del cristiano, lejos de la soberbia, la mentira y el orgullo.

Jesús nos llama a que seamos exigentes con nosotros mismos, buscando la virtud y la perfección cristianas, guiándonos por la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Y gobernándonos y ayudándonos con las virtudes teologales recibidas en el bautismo, que son la fe, la esperanza y la caridad.

Estas son grandes guías; sin embargo, en medio de esta búsqueda de la unión con Dios, hemos de estar atentos a una cuestión particular, que nos engaña y aleja de nuestro objetivo primordial: es el falso celo, que no es más que apariencia de virtud, puesto que, en realidad, es mirarse a uno mismo. Son virtudes aparentes y fingidas, que solo nos confunden y nos hunden en la soberbia de creer que lo sabemos todo, que lo podemos todo solos, o que inclusive somos superiores a los demás. Esto es desagradable a nuestro Señor; una imperfección que nos aleja del camino de unión con nuestro Padre.

Si nos encontráramos en una situación parecida, agradezcamos la corrección de nuestros hermanos con sencillez y humildad, y abramos nuestro corazón, ya que nos ayudará a lograr nuestros objetivos espirituales más fácilmente.

Tengamos temor y desconfianza de nosotros mismos cuando la alabanza y gloria lleguen a nuestros oídos, pues todo lo que tenemos y somos de Dios lo hemos recibido. ¿Quién es sabio y santo sino Dios?

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