8 de julio de 2024

Editorial: Julio 2024

No ha bastado el mes de junio, ni creo baste julio para terminar de asentar los sentimientos que a lo largo del país se suscitaron con las elecciones. Una abigarrada combinación de emociones rondan los corazones de los mexicanos. La comunidad de la Santa Cruz no es la excepción. Presto oído con mucha frecuencia a estas expresiones que se manifiestan en la Oración de los Fieles, en confesión, acompañamiento espiritual, diálogos acordados o espontáneos. Como sea hay una necesidad de expresar lo que en el corazón genera sacudimiento.

Importa y mucho todo lo que afecta nuestro corazón, allí donde Dios tiene su domicilio particular con cada uno de nosotros. Pues donde esté nuestro corazón sabemos se halla lo más valioso que tenemos (cfr. Mt 6,21). ¿Ser lo más valioso Dios o los corazones están consagrados a tesoros muy distintos a Él?

Esperamos que este ejemplar pueda contribuir a traer luz y guía para que nadie pierda su centralidad en Dios. Sonia Villaseñor nos acerca una vez más a la Cadena de Amor con el Corazón de Jesús. Nos cuenta como, para la beata Concepción Cabrera de Armida, el secreto de la santidad consiste en la unión con el Espíritu Santo, en el silencio del alma, en la entrega por amor a nuestros hermanos.

En su propia reflexión, partiendo de la meditación sobre realidades que nos estremecen María Milo nos dice de las “Cosas

rotas que pueden volver a brillar”. En mi opinión la redacción que nos regala María queda abierta y disponible para ser medio de conducción hacia la sensibilidad singular de cada lector. Un texto que nos da oportunidad para mirar cómo esa realidad afecta nuestro corazón.

Con Tere Rojas podemos también fluir emocionalmente con la Beata Conchita: ¡Oh, Crucificado Señor, mi Modelo, mi Camino, mi Verdad, mi Cruz y mi Vida…! ¡Tú eres, solo Tú, el encanto de mi existencia, el imán de mis amores, la única aspiración de mi vida…! Tú llenas los inmensos senos de mi alma… Tú eres el que, en el silencio de la noche, recibes mis lágrimas y cuentas los latidos de mi enamorado corazón… Encaminados hacia nuestra profunda interioridad podemos “hacer un análisis, tanto de los logros como de los desaciertos que tuvimos durante los primeros seis meses, y sentar las bases para lo que queremos que suceda en los que están por venir”, según propone Rodrigo Vázquez

Ante Dios tenemos desde nuestro bautismo una misión que no debe quedar retenida por abatimientos ni desesperanza. El propio Francisco, nos invita a preguntarnos: Yo, que fui “elegido profeta” en el Bautismo, ¿hablo y, sobre todo, vivo como testigo de Jesús? ¿Llevo un poco de su luz a la vida de alguien? ¿Yo me interrogo sobre esto? ¿Me pregunto cómo va mi testimonio, como va mi profecía? nos refiere Guadalupe Moreno. Nuestro corazón retome su fidelidad y centralidad por la fe en Jesús.

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