por Sin el Espíritu Santo, Dios está lejos,
Cristo se queda en el pasado,
el Evangelio en letra muerta,
la Iglesia no pasa de simple organización,
la autoridad se convierte en dominio,
la misión en propaganda,
el culto en evocación,
y el quehacer de los cristianos
en una moral de esclavos.
Con el Espíritu, Dios vive en cada corazón,
Cristo, desde el hoy, nos abre el futuro,
el Evangelio potencia la nueva vida,
la Iglesia expresa la comunión trinitaria,
la autoridad es un servicio liberador,
la misión un Pentecostés prolongado,
la liturgia memorial y anticipación,
el quehacer de los cristianos
un ejercicio de libertad y liberación.
Palabras de Ignacio IV Hazin, patriarca de la iglesia greco-ortodoxa de Siria, que yo evoco siempre para el tiempo pascual. La Pascua ciertamente es fiesta por la Resurrección, pero nunca debemos olvidar que Jesús se ha marchado porque era necesario para enviar el Espíritu Santo. “Les conviene que me vaya. Si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; si me voy, se los enviaré.” (Cfr. Jn 16, 7).
Esta Gracia corresponde ahora al mes de mayo. En el presente ejemplar, podemos hallar una hermosa variedad de reflexiones en torno al Paráclito. Una buena parte de los colaboradores dedicó sus líneas al servicio del Espíritu, contarnos su particular percepción de un Don que, siendo Dios Tercera Persona, resulta imposible describir y abarcar.
No obstante, animados porque de Dios siempre es bueno hablar y meditar, encontramos líneas como las que el P. Bernardo Sada M.Sp.S., redacta arrobado por la contemplación de un Cosmos. ungido de Espíritu.
Gisele Scarniere habla sobre la simbología de este inefable Espíritu Divino. “Fuego es un elemento que tiene la capacidad de cambiar y transformar… uno de los símbolos para representar al Espíritu Santo.
Gabriel Villalobos hace profesión de fe: “Creo en el Espíritu Santo”
Hermanos, un muy feliz Pentecostés.
“Envía Señor tu Espíritu y todo será creado”.
