Si “en el principio existía la Relación”, con razón la diversidad me envuelve por doquier y la vida me atrae desde cada rincón. Con razón vamos heridos por tu ternura y tu belleza y anhelamos vincularnos en aquella comunión que nos deja ser distintos, todos uno, conectados, sinfonía que es siempre nueva, cada uno con su voz.
Que seas Trinidad no es misterio incomprensible, ¡es misterio inagotablemente comprensible! No es concepto, es experiencia: Tú en todo y todo en ti. Eres hogar en que habitamos y, habitante entre nosotros, has querido, al mismo tiempo, que este mundo sea tu casa. Eres Dios comunitario, intimidad y diferencia, recibimiento, salida, libertad, conversación.
Pon tu huella trinitaria en nuestro mundo dividido, que vayamos por la vida desterrando soledades. Conéctanos de nuevo con la tierra y los hermanos, construyamos un “nosotros” abierto y generoso, mesa puesta para todos, casa de hospitalidad y, en Ti, la historia recreada, nuestro Dios Comunidad.