3 de julio de 2024

La nueva oportunidad del perdón

El perdón es el don más precioso que Dios le ha dado al hombre, pues es el entregar el dolor y el daño recibido por Jesús, a fin de que ya no lo domine y enfrentar a aquel que lo dañó, para poder arreglar y consolar, para restaurar la comunicación, para poder acompañarse a crecer y construir una relación mejor,  

Porque, el que perdona se libera de la cadena que le impone el pecado de otro; el que recibe el perdón se libera de la culpa que lo detiene. A ambos, Dios es quien los anima a ser libres de motivos de esclavitud. 

El dolor somete al que lo provoca y al que lo recibe, para encontrar una vía de escape de uno mismo. La forma de resolverlo para el mundo es la razón que justifica más violencia; para Dios, es el momento de manifestar el auténtico amor y ver más allá de la violencia que se sufre, el dolor que la provoca y, así, entrar en una relación de sanación y comunicación, que solo se puede resolver al perdonar, no en forma inconsciente y temeraria, sino en una visión profunda, al resolver los motivos y situaciones que llevaron a ese momento de agresión y dolor.  

El perdón es el inicio de una nueva oportunidad. El conocer la debilidad y el dolor de aquel que me ha dañado y lastimado me muestra que, tras ese acto de agresión, hay un dolor contenido que lo impulsa a manifestarlo en contra de aquel que oponga menor resistencia, inclusive, si es el mismo. 

Al perdonar, se revela ese dolor que no se ha enfrentado y, en la oportunidad que se da; se tiende la mano para acompañar, entender y encontrar la solución. Por ello, el perdón no es el olvido de la situación, sino la manera de enfrentarla, sanarla y resolverla, porque es el acto de amor más sublime que existe: sanar una relación que se ha roto, al romper la comunicación y el encuentro con la verdad que somos y cómo nuestra existencia manifiesta la realidad de la voluntad de Dios. 

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