5 de julio de 2024

Vivir la pobreza

Estimado lector y lectora, ¿Cómo te ha ido en la vivencia de la Cadena de Amor? Mes con mes, hemos venido analizando en qué consiste esta Cadena, que Jesús dictara a Conchita Cabrera de Armida, para vivir la Espiritualidad de la Cruz. Vivir cada uno de los eslabones de la Cadena implica, primero que nada, una decisión consciente para abandonarme a la voluntad divina y dejar de ser uno mismo, para permitir que sea Cristo quien viva en nuestra persona.  

Hablemos de la pobreza, contempla a nuestro Señor atado a la columna, una vez que le hicieron prisionero; observa la virtud de la pobreza de Jesús, quien no tenía un lugar donde reclinar su cabeza para dormir. Imitemos ese desapego de las cosas materiales, de todo lo que el mundo nos hace creer que necesitamos. Cada noche, revisemos cómo vivimos ese día, para ver si logramos cumplir con lo que nos hayamos propuesto en torno a vivir en la pobreza.  

Para motivarnos, nos puede ayudar repetir las siguientes jaculatorias a lo largo de cada día; “Jesús me enriqueció con su pobreza”, “Dichosos los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos”; el Salmo 116 (114-115) “Amo a Yahvé, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo llamo…” Y el Ofrecimiento al Verbo Encarnado, cada hora.  

El P. Carlos Vera sugiere, para practicar la pobreza, elegir un día del mes para sentir hambre y sed; también, podemos desprendernos de algo que nos cueste, hacer un donativo a algún menesteroso; sentar a algún pobre a nuestra mesa y regalarle nuestro tiempo, proponernos vestir y comer, con más austeridad; hacer una lista de todo lo que nos sobra y discernir sobre ello.  

También, podemos emprender acciones para vivir la pobreza; por ejemplo, apúntate en algún apostolado de la parroquia, de alguna ONG, cuya misión sea la de ayudar a los pobres y ser constante en esta labor, o busca tú una manera concreta de acercarte a los pobres.  

Que Jesús nos guíe en este camino, como Él lo supo hacer, pidamos al Espíritu Santo su luz para vivir la pobreza. Señor, más que cualquier otra cosa, te queremos a Ti, queremos Tu presencia, Tu amistad, Tu compañía. Enséñanos a ser tus amigos y a que cada día sea iluminado por la seguridad de que Tú estás con nosotros, por tu fidelidad, así sea.  

¿Cómo vivir la Espiritualidad de la Cruz? 

Referencias: Vera, C. (2019) Vivir la Cadena de Amor. México: Publicaciones CIDEC 

Deja un comentario