por Bienvenidos al mes en el que se derrocha amor a diestra y siniestra. Y, aunque comúnmente esta “celebración” se enfoca en el amor de pareja, también se le ha orientado hacia la amistad. ¿Pero, qué pasaría si le diéramos una nueva perspectiva? Más personal, más “egoísta”, más íntima. ¿Qué pasaría si este día lo enfocáramos en el amor propio? ¡No sé a ti, pero, a mí, me parece una gran idea!
El tema es que, a veces, cuesta practicar el amor propio; sin embargo, me gustaría compartirte tres prácticas que pueden ayudar:
- Date un cumplido. No vayas por la vida echándole piropos a todo el mundo, sin que también te los eches a ti. Hacerlo regularmente cambia drásticamente la relación que tienes contigo mismo, ya que te entrena para centrarte en los aspectos positivos, los cuales crean aún más sentimientos positivos.
- Háblate a ti mismo, como le hablarías a un amigo. Imagina a tu amigo cometiendo un error. como cualquiera de los que tú has cometido. Nadie es perfecto y, así como le dirías algo positivo para subirle los ánimos, lo mismo puedes hacer contigo, en aquellos momentos en los que sientes que fallaste.
- Celebra tus pequeños logros. No tienes que terminar un doctorado, comprar una casa en la playa o cerrar un trato de millones de dólares para reconocerte. El simple hecho de salir a hacer ejercicio en la mañana, comerte la mitad del postre o hacer bien tu trabajo deben ser motivos suficientes para darte una palmada en la espalda.
Uno de los aprendizajes del amor propio es que te enseña la importancia de ponerte a ti mismo en primer lugar. Y, si lo piensas, ¿quién más importante en tu vida que tú mismo? Es a partir de amarte a ti mismo como podrás irradiar todo tu amor a los que más quieres, a toda la gente que es importante en tu vida. Después de ti…
