El 6 de enero, se celebra la Epifanía del Señor, que indica “la manifestación del Señor” a todas las personas, representadas por los Magos de Oriente, que fueron guiados por la estrella de Belén para adorar al Niño Jesús, como lo muestra el Evangelio: “Los magos vinieron de oriente y, postrándose, lo adoraron; le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” (Mateo 2:11).
¿Pero qué significado simbólico tienen estos regalos?
Oro: Símbolo del Rey
Este metal simbolizaba la pureza, puesto que no se corrompía ni se alteraba, por lo que su valor era muy preciado. Acostumbramos a relacionarlo con la riqueza. Fue entregado a Jesús para reconocer su grandeza y lo que Él representaba: el Rey de reyes.
Incienso: Símbolo de Dios
Hace referencia a la divinidad del Niño Jesús. El uso del incienso, como símbolo de adoración a Dios, es una tradición muy antigua. Tradicionalmente, se ha vinculado su uso al culto a la divinidad y como una ofrenda. Después de más de 2.000 años, el incienso continúa utilizándose en celebraciones de carácter litúrgico de la Iglesia católica.
Mirra: Símbolo del Dios hecho hombre
Simboliza la humanidad del Hijo de Dios. La mirra es una resina aromática y contiene varias propiedades medicinales, tiene utilidad como analgésico y se utilizaba para embalsamar a los muertos.
Este regalo constituye un símbolo importante; Jesucristo, Dios hecho hombre, llegaba al mundo para quitar el dolor a la humanidad y, también, es una premonición de que moriría para salvación de todos.
“Los Magos ofrecen a Jesús sus dones, pero, en realidad, el verdadero regalo es el mismo Jesús”.1

Papa Francisco – Angelus 2017