5 de julio de 2024

¿Pares o nones?

Muchas veces, me he cuestionado acerca de cuándo debo hablar y cuándo debo callar, al presenciar conversaciones relacionadas con eventos que no he experimentado; es decir, continuamente, me hago esta pregunta… ¿Cuándo me está permitido opinar?  

He observado y escuchado a muchas personas estimar, afirmar e, incluso, emitir juicios sobre situaciones que no han vivido y, aun así, sostienen posturas que resultan radicales y hasta “incómodas”, para aquellos que sí las han vivido en el pasado y en el tiempo presente simple, que nos indica hábitos y rutinas, emociones permanentes, hechos generales y acciones o situaciones que se repiten.  

Si bien está políticamente justificado decir, “en mi humilde opinión”, “mirando al toro desde la barrera”, creo que es importante respetar y consentir que esas personas escuchen de sus “pares”, sí, de esas personas que pueden aconsejar y orientar al haber transitado y pasado por procesos iguales o similares.  

De ahí que existan importantes grupos de apoyo, donde encontramos a esa guía empática, que nos comprende, orienta y, sobre todo, que nos comparte “su parte”, de tal suerte que nos permite confirmar que, al final, “no estamos solos”.  

Compartir nuestra propia experiencia y escuchar la de nuestros pares resulta, “en mi humilde opinión”, una manera sanadora y una fórmula efectiva, o al menos momentánea, de reducir nuestro nivel de estrés, ansiedad y preocupación. Algo así, como si “nuestro propio peso” estuviera siendo cargado por varios a la vez y se hiciera un poquito más ligero.  

¡Qué importante vivirlo así!  

Y sí, en esta ocasión, resultan más importantes los pares que los nones; aquellos con quienes congeniamos, de los que aprendemos, los que nos abrazan y a los que abrazamos.  

¡Que vivan los pares!  

Y usted, ¿qué opina? 

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