8 de julio de 2024

¿A quién se parece Jesús?

El niño Jesús es hijo de Dios, por obra del Espíritu Santo y fruto bendito del vientre de María. 

Cuando un niño viene en camino, las familias se llenan de ilusión y de emoción, por conocer y saber a quién se va a parecer el nuevo integrante de la familia. 

En un principio, es muy difícil sacar conclusiones de a quién se parece físicamente el bebé. Con el tiempo, se van formando rasgos más definidos y es más fácil ver el parecido. En cuanto a la personalidad, tardará algunos años darnos cuenta con cuál de los padres hay más afinidad. 

Estamos a días de celebrar el nacimiento del niño Jesús; a través de la Palabra, de la Eucaristía, de nuestra relación diaria con Él y con el prójimo, nosotros lo podemos conocer y ver la similitud con su Madre. 

La beata Conchita Cabrera de Armida describió, de una manera hermosa, esta unión tan especial entre Madre e Hijo “María es el árbol… Jesús es el fruto dulcísimo, que nos alimenta en la comunión. María es el tallo, Jesús, la flor” 

Y continúa “Él tomó luz de tus ojos, color de tus mejillas, carne de tu carne sin mancilla… Él no tenía, en la gloria, lágrimas para llorar y vino ¡ay! a cogerlas de tus ojos… Él no tenía sangre para redimirme y, haciéndose hombre en tus purísimas entrañas, vino a tomarla de tus venas. Él no tenía cuerpo que fuera despedazado y espero a que tus labios dijeran: He aquí la esclava del Señor para tomarlo del tuyo». 

Nos dice la escritura que María concibió por obra del Espíritu Santo (Mt. 1,18); es decir, que el Espíritu Santo dio a Jesús su 100% de divinidad y que, de María, recibió su 100% de humanidad. Por ello, el vientre que albergó a Jesús debía ser inmaculado, de una Mujer llena de todas las gracias. 

Cuando le pedimos al Espíritu Santo “transfórmanos en María y con María en Cristo Jesús”, lo que queremos es parecernos al Niño que está por nacer, fruto bendito de su vientre. 

Deja un comentario