por Cada año nuevo, elaboramos una lista de propósitos y de deseos. Algo, que muy pocas veces incorporamos a esa lista, son las innumerables bendiciones que hemos recibido en el año, ni una lista de lo que ya no necesitamos o no deseamos tener más en nuestra vida.
Sí, así es. Sería algo así como elaborar una lista a la inversa, con las bendiciones, significados y satisfacciones que nos inviten a recordar lo que es más duradero e importante, lo que es más valioso y profundo en nuestra vida, para encontrar un equilibrio entre lo que da satisfacción pasajera y temporal y aquello que ofrece verdadero significado y alegría.
¿Qué tienes en este año que termina? Familia y amigos te dan una sensación de profunda conexión y pertenencia; tu relación con Dios mismo, esa mirada de trascendencia, comprender que el Padre ha sido providente y amoroso y no te ha dejado solo; que Él es más grande que todo lo que pueda suceder; tu fe y gratitud, que te permiten conectarte con tu Creador, recordando la humildad y fragilidad de la vida humana y la dependencia de la protección divina.
En estos días de alegría y gratitud, vividos con la familia y los amigos, compartiendo el ambiente festivo del Adviento y la Navidad, podemos añadir a nuestra lista inversa lo siguiente:
- Necesidad de tener la razón en cualquier situación. Hagamos una pausa humilde, para mirar los argumentos de los demás y preguntémonos: ¿Puedo dejarlo pasar, sin importar quién tiene la razón y quién está equivocado? Recordemos que nuestra virtud reina es la caridad.
- El deseo de sentirme especial y que me admiren. Podría ser que no nos reconozcan suficientemente nuestros esfuerzos. Aquí, también preguntarnos: ¿Por quién o para qué me esforcé? Recordemos que es Dios mismo quien mira en lo secreto y que trabajamos por Él y por nuestra santidad.
- Quejarnos. Por supuesto que nos molesta, cuando hay ausencia de bien, porque el bien es el estado natural de las cosas. La pregunta entonces es: Como cristiano, llamado a restaurar el bien, ¿qué es lo que estoy haciendo? No se trata de señalar el mal, sino de reestablecer el bien.
Gracias a nuestra nueva lista de bendiciones, significados y satisfacciones podemos crear un ambiente más cristiano en nuestra propia vida y en nuestra comunidad, de la mano de Dios mismo.
