5 de julio de 2024

EDITORIAL

Santa Cruz del Pedregal, 29/IX/2023 

Fiesta de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Con este mes de octubre llega el Sínodo de la Sinodalidad. Un tiempo especial, un kairós para la Iglesia Universal, cuyas repercusiones y frutos por el Espíritu Santo serán determinantes para el caminar de todos los católicos e incluso no católicos en todo el mundo. 

Octubre trae también el Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND. Ambos acontecimientos poseen una muy especial significación para la Iglesia. Tendremos un comienzo del otoño muy referido a la búsqueda de la Voluntad de Dios en la misión y el caminar fraterno y sinodal. 

En el presente número de nuestra revista la eclesialidad está muy presente. 

Ana Victoria Padilla recuerda cómo la vida de cada creyente se desenvuelve una experiencia de Dios, misma que va fomentando la intimidad con Él mientras se siguen los pasos de Cristo.  

La esencia de la Iglesia como misionera es algo que debiéramos amar y asumir, explica Gabriela Santos refiriéndonos a esa maravillosa tarea que le ha confiado el Señor. Nos toca facilitar y apoyar ese mandato de Jesús (Mt 28, 19-20) para que puedan incorporarse todas las gentes a Su Iglesia. 

Una emocionante tarea, de la cual brota, como muchas otras, una conmovedora experiencia que nos comparte el P. Bernardo Sada M.Sp.S. Rememorando una singular vivencia sacerdotal con un bebe bautizado entre la vida y la muerte. Nos dice Bernardo: “¿Será que, a veces, Señor, ¿nos pides ser tus oídos que escuchan, tu presencia que acoge, tu mano que sostiene?” 

Esa misma Gracia sanadora otorgada por el Señor, da lugar al artículo de Alejandra Barrera. “Gente medicina”. Sabemos que Dios es la fuente de todo bien… y hay medicina porque Dios nos hace capaces de ser luz, salud, consuelo, etc… ser medicina, porque Dios nos confía esa misión y nos faculta para ella (Cfr. Rm 8, 29-30). 

El P. Fernando Torre M.Sp.S refiere cómo la beata Concepción Cabrera de Armida, impetrando a Jesús por ser santa, recibe por respuesta “dejarse hacer”.  Esto es, le explica Jesús: «Que como un pedazo de masa te abandones a mí para hacer de ti lo mismo un burro que un serafín» (CC 1,136 (repetido en 1,555): 1893-1894). 

Dios puede todo en nosotros si nos abandonamos a su Voluntad. Tal es el camino de la santidad y del poder para llevar a cabo la misión que nos confía.  

Una Iglesia de mensajeros a quienes Dios, como los arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael, envía siendo portadores de anuncio, fuerza y sanación en tanto actúan conforme a Su Voluntad. 

Que el Sínodo genere sinodalidad no sólo entre nosotros en la tierra, sino una sinodalidad de la Iglesia con Dios. y consigamos que “sus caminos lleguen a ser nuestros caminos”. (cfr. Is 55,8) en Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. (Jn 14,6). 

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